Vitoria - El Deportivo Alavés comienza a perfilar ya sus planes de cara a la confección de su nuevo proyecto y su gran aspiración, y también la más difícil, es conseguir que Munir El Haddadi siga vistiendo de albiazul la próxima temporada. El sensacional rendimiento que ha ofrecido el delantero madrileño en Vitoria le ha convertido en pieza fundamental del equipo -es el máximo goleador, el mejor asistente y la figura más desequilibrante, además de ofrecer esfuerzo y sacrificio en defensa- y por eso se pretende una continuidad que hay que sentarse a negociar con el Fútbol Club Barcelona, propietario de sus derechos hasta el 30 de junio de 2019. No se trata de una operación para nada sencilla y, de ejecutarse, sería la más importante que El Glorioso hubiese cerrado en su historia, pero en las oficinas del Paseo de Cervantes se manejan cartas importantes para esta partida.
La idea de partida del Alavés es hacerse en propiedad con Munir y en los puentes que hay permanentemente tendidos con el Barcelona ya se ha hablado de esta opción. El pasado verano, el Valencia descartó ejecutar la opción de compra que tenía sobre el madrileño que rondaba los doce millones de euros y a Can Barça tampoco acabó llegando ninguna oferta por una cantidad similar para traspasar al hispano-marroquí. Llegaba de una campaña gris en Mestalla, muy por debajo de su rendimiento actual en Mendizorroza, y la ausencia de alternativas y el cierre del resto de mercados europeos propició que acabase en Vitoria el 1 de septiembre. Entonces, como en el verano de 2016, se negoció la adquisición de sus derechos, pero desde el Camp Nou se apostó entonces solo por el préstamo sin condiciones añadidas.
Munir se ha revalorizado esta temporada y, en circunstancias normales, El Glorioso tendría su contratación prácticamente imposible. Pero la situación es diferente a la del pasado verano teniendo en cuenta que el punta acaba contrato al final del siguiente curso y que las opciones del Barcelona de hacer caja, si no puede renovarlo antes, pasan por venderlo en el siguiente mercado de fichajes ya que no entra en los planes de Ernesto Valverde. Una tesitura que puede rebajar sensiblemente el precio de partida cuando hace un año los culés pedían alrededor de catorce millones de euros por su traspaso. Esa cifra sigue siendo inalcanzable para las arcas del Paseo de Cervantes de no mediar ingresos extraordinarios, pero hay más factores a tener en cuenta. Uno de ellos, la sensacional relación que existe entre las cabezas visibles de las dos entidades y que ya en su momento propició el desembarco del delantero en Mendizorroza; otro, la opinión del propio futbolista, que ve con buenos ojos la opción de seguir vistiendo de albiazul después de haber reencontrado su mejor nivel en la capital alavesa.
Con estas bazas favorables, el Alavés también cuenta con serios obstáculos en sus pretensiones. La envergadura económica de la operación la convertiría en la más cara que el club ha afrontado en su historia y el propio rendimiento ofrecido este curso por Munir podría meter en la ecuación a otros clubes de mayor músculo monetario que ofrezcan una cantidad mayor por el traspaso. Una conjunción de factores que puede dar al traste con los deseos albiazules, ya que se tiene claro hasta dónde se puede llegar en el esfuerzo y hay límites que no se pueden sobrepasar -nunca por encima de los diez millones de euros- y que sí están al alcance de otros.
Una de las alternativas que desde los despachos de Mendizorroza se han planteado para rebajar el precio del traspaso es la opción de hacerse con parte de los derechos del delantero madrileño y que otra porción quede en posesión de su actual club para sacar beneficio en caso de un futuro fichaje, un formato de contratación que ya se ha utilizado en los casos de Dani Torres y Guillermo Maripán. El problema es que el Barcelona no acostumbra a utilizar este tipo de fórmulas y prefiere el dinero contante y sonante.
El goleador, fundamental Lo que tiene claro el Alavés es que la figura del delantero goleador es una pieza clave en la configuración del nuevo proyecto y que va a ser el puesto que va a requerir una mayor inversión. En sus dos temporadas de experiencia en Primera División, el club vitoriano ha podido comprobar que el precio de los nueves es el más elevado en los mercados y que requiere desembolsos de enorme calibre. Así, el salario más elevado en el año del retorno a la máxima categoría se lo llevó Christian Santos, mientras que en este curso son el propio Munir, Bojan Krkic y John Guidetti quienes presentan algunas de las nóminas más altas del vestuario.
En esta tesitura, desde el club se asume la necesidad de hacer un esfuerzo máximo por un punta como el madrileño que ya está contrastado en Vitoria. Las experiencias exóticas no ofrecen ninguna garantía y también son onerosas -el caso de Santos pesa mucho-, mientras que en la presente campaña se ha evidenciado también que a jugadores de renombre que regresan de Inglaterra les cuesta mucho volver a ofrecer el nivel que tenían antes de irse. Ahí están los ejemplos de Lucas Pérez (Deportivo), Sandro (Sevilla) o un Borja Bastón (Málaga), que siempre ha sido un nueve en el punto de mira alavesista, con sueldos muy altos y por los que también hay que abonar una contraprestación económica para obtener su cesión, con los que las operaciones se van a cifras que el club albiazul no está dispuesto a asumir por un préstamo.