Vitoria - Discreto podría decirse que resultó el esperado debut del delantero sueco John Guidetti, que ayer supo lo que es jugar como delantero centro en un equipo como este Alavés, donde el mono de faena está a la orden del día y el tiempo para las virguerías y ocasiones de ver puerta suelen brillar por su ausencia. No fue casual en este sentido que su primera ocasión, la única en realidad que tuvo de marcar, llegó en el minuto 43 de la primera mitad. Quizá desde ayer, el sueco comprenda un poco mejor la soledad de su compañero Santos, el hasta ayer único 9 puro del equipo que desde hace días ya está en la rampa de salida para abandonar el club. Sin un centro del campo ofensivo que nutra de balones a sus delanteros resulta imposible pedirles ocasiones a éstos, y esa circunstancia que siempre sufrió el venezolano la vivió ayer en sus propias carnes el extrovertido punta sueco. Se antoja clave por ese lado que el director deportivo , Sergio Fernández, sea capaz de paliar ese déficit cuanto antes porque ni Pina, ni Torres, ni Wakaso ni Manu Garcia están cualificados para desempeñar esa labor.
Sea como fue, hasta esa ocasión de gol corrió y corrió Guidetti como un poseso a lo largo de los 71 minutos que estuvo en el campo aunque apenas entró en juego, más por de demérito de sus compañeros que por el suyo propio. A su favor, un dato positivo: todos los pases que firmó a sus compañeros durante el partido -un total de 14- registraron una sorprendente efectividad, lo que da una idea de la calidad del jugador cedido por el Celta hasta el mes de junio. Una calidad que llega acompañada, al menos por lo que se vio ayer, por una capacidad física notable que se dejó notar ante el Sevilla. Así, lideró el sueco siempre la primera línea de presión del equipo, participó en todas las acciones defensivas junto a sus compañeros como si de un central se tratase, generó varias faltas de peligro en los aledaños de la portería andaluza y se metió a la afición en el bolsillo con actitud y entrega, dos ingredientes que siempre encajan en la grada. Su despedida del campo con una sonora ovación puso de manifiesto que jugador y afición han empastado pronto. Solo le faltó al sueco marcar y corear Mendizorroza el ya clásico John Guidetti, lo, lo, lo, lo... Tiempo tendrá el sueco para resarcirse.
mariscal laguardia Quien a penas evidenció el paso del tiempo, y eso que han sido casi nueve meses tras una grave lesión en su rodilla derecha, fue Víctor Laguardia, mariscal de nuevo en la jornada de ayer en el centro de la zaga formando junto a Rodrigo Ely, que sorprendentemente sentó en el banco a Maripán a pesar de haber salido recientemente de una lesión. Sea como fuere, ni uno ni otro acusaron la falta de ritmo y eso que por momentos la posesión fue del Sevilla, que movía y movía al Alavés a a su antojo aunque sin demasiada profundidad. Si bien el corte físico lo superaron ambos con creces, las sensaciones futbolísticas, especialmente a partir de varios errores de bulto en zonas de peligro, dejaron a Ely en un mal luhar, quedando claro que no es, ni de lejos, el mismo que la pasada temporada. Las novedades de la tarde continuaron con el segundo debut la jornada albiazul, el del interior paraguayo Hernán Pérez, que sustituyó a Guidetti para un puñado de minutos en los que apenas tuvo tiempo para demostrar casi nada.