Después del sufrimiento padecido en los últimos meses tiene el Deportivo Alavés esta tarde la primera posibilidad matemática de sellar la permanencia un año más en Primera División (19.00 horas, José Zorrilla). Hace un mes zozobraba por las posiciones de descenso, pero los últimos y agónicos triunfos en Mendizorroza, ante la Real Sociedad y el Valencia, le han permitido depender de sí mismo en el tramo decisivo del campeonato.
Quién se lo iba a decir a una escuadra que sólo había ganado dos duelos en poco más de cuatro meses ante su incansable hinchada -Mallorca y Villarreal- y que de paso se veía abocada a otro desenlace final semejante al de cursos pasados. Ha ido a resurgir la tropa de Coudet casualmente desde la fortaleza defensiva. Cero goles encajados en los tres últimos choques caseros han sido el punto de partida para creer en la salvación. Casualmente con la entrada de un sobrio Garcés junto a Mouriño en el eje central de la defensa, el equipo albiazul ha ofrecido su mejor versión entorno a la portería de Sivera.
El argentino ha otorgado una recuperada versión del uruguayo. Sin exquisiteces técnicas y contundente en los duelos, ha contagiado muchas veces con su sola presencia al resto de compañeros. Al mismo tiempo, el cuadro de Mendizorroza se ha sostenido en el alambre gracias a su regularidad como foráneo. Sin llegar a sumar de tres, tampoco ha bajado los brazos como visitante y eso le ha dado cierta vida. Y por ahí es donde debe empezar a labrar una obligada victoria esta tarde en tierras vallisoletanas.
Con un recuperado Guevara como faro del equipo en estas últimas jornadas, los albiazules deben exigirse algo más en la faceta ofensiva. Sin mordiente alguna en el derbi de San Mamés, necesitan recuperar las incisivas incursiones de Carlos Vicente para tener más presencia en el área rival. Al menos para que la habitual dependencia de Kike García no se haga más elocuente si cabe. Lastrado el manchego estas semanas por los problemas físicos, otros compañeros debieran tomar la responsabilidad del gol, aunque fuera explotando las acciones a balón parado.
No parece que el técnico argentino vaya a cambiar apenas el once inicial respecto al que jugó el miércoles ante el Valencia. Poco amigo de las permutas y dado el estado de forma de alguno de los habituales suplentes, lo normal es que el Deportivo Alavés vuelva a empezar esta tarde con los once futbolistas que más o menos vienen actuando últimamente. Y con ellos, a por la victoria.
PARTIDO TRAMPA
Porque mejor dejar sellada la permanencia entre la élite del fútbol español cuanto antes y no fiarlo todo al compromiso de la próxima semana ante el Osasuna. Además, con el añadido de que en la ida el Valladolid se llevó de Mendizorroza los tres puntos (2-3). Por aquel entonces el club que preside Ronaldo tenía a Pezzolano de entrenador y creía en la salvación. Ahora el banquillo lo ocupa un exjugador de la entidad como Álvaro Rubio que bastante tiene con ir descontando los días que faltan para concluir la temporada y que no haya más enfrentamientos entre sus futbolistas.
Más de cuatro meses sin conocer la victoria -el 11 de enero ante el Betis por 1-0- y diez derrotas consecutivas jalonan la debacle pucelana. Eso sí, una vez consumado el retorno a la LaLiga Hypermotion el equipo blanquivioleta ha ofrecido curiosamente otra cara, poniendo en serios aprietos al mismísimo Barcelona o al Mallorca y Girona. Tal vez por la inexistencia de la tensión clasificatoria o porque dichos oponentes no pusieron la atención necesaria, el caso es que dichos enfrentamientos deben servir de ejemplo para que el Alavés salte esta tarde al José Zorrilla con otro ímpetu diferente al que tuvo el pasado domingo ante el Athletic. Le va una salvación matemática en ello y de paso brindarle a sus aficionados un plácido final de curso ante los vecinos navarros en la entrega final.
No es un mal menor ni tan siquiera un consuelo. Es una exigencia con la que salir al campo esta tarde teniendo muy claro lo que el envite pide. Cero relajación e ir a por el contrario desde el inicio. El miércoles pasado hubo mucha celebración por el paso dado, pero de nada servirá si no se certifica esta tarde o ante el Osasuna. Más se va a jugar el cuadro rojillo que el Valladolid y en ello también debería estar el pensamiento albiazul. Su fiel afición estará presente una vez más en las gradas para con su aliento recordárselo si la situación se complica.