Vitoria - El gran debe del Deportivo Alavés en el arranque de esta nueva temporada es su falta de pegada como bien reflejan los únicos cuatro tantos que aparecen en su casillero. El equipo vitoriano se encuentra a la cola de los realizadores de Primera División y le cuesta un mundo encontrar el camino hacia las redes de la portería rival. El desierto ofensivo por el que atraviesa este colectivo, y que tanto le está lastrando, se ha visto roto prácticamente solo a cabezazos. Y es que tres de esos cuatro goles conseguidos en la competición liguera (75 %) han venido propiciados mediante remates con la testa. Un registro que evidencia las graves carencias que están existiendo en los disparos con los pies y que se hace más relevante todavía si en la relación se incluye la única diana copera, que también llegó con la cabeza. Así, hasta el 80 % de los tantos del curso han llevado la firma de la frente de un jugador albiazul, todos ellos diferentes además. Una tendencia que habla del peligro de este Glorioso en el juego aéreo, pero que también advierte de sus graves problemas en el remate con cualquiera de las dos piernas, que es el más habitual en el fútbol.

El dominio del juego por alto es un aspecto fundamental en el balompié actual, sobre todo en lo referido en las acciones a balón parado. En el plano defensivo el Alavés no ha sufrido especialmente en este sentido -solo ha recibido un gol de cabeza, el de Maxi Gómez para el Celta, aunque el penalti del segundo tanto del Valencia el pasado sábado vino en un balón alto que remató Rodrigo-, mientras que en ataque su amenaza en este sentido se ha hecho patente desde que se pusiera fin a la mala racha sin marcar.

Manu García fue el encargado, ante el Real Madrid, de conectar el testarazo que rompió el maleficio goleador. El capitán, apareciendo en el primer palo desde atrás, sacó a relucir su poderío en el juego aéreo para rematar un centro desde la derecha de Munir. Alto, duro e imposible para Keylor Navas.

Precisamente, el autor de esa asistencia tiene el dudoso honor de ser el único alavesista que ha conseguido un gol con el pie al remachar con el exterior de su bota izquierda un centro de Alfonso Pedraza. Fue el primer tanto de la victoria ante el Levante, un triunfo que redondeó Álvaro Medrán en una especialidad como el cabezazo, que ejecutó maravillosamente, en un centro desde la izquierda de Rubén Duarte.

Con el cambio de competición y el arranque de la Copa del Rey esa tendencia quedó reafirmada. Fue en esta ocasión en el estreno del acierto a balón parado. Una falta lateral servida milimétricamente por Medrán sobre la cabeza de un Christian Santos que sacó un cabezazo picado abajo para superar al Getafe y poner la ventaja en dicha eliminatoria de dieciseisavos de final.

Regresaba el pasado sábado la Liga y en ella se mantenía la costumbre alavesista de cara al gol. Si se marca, que se hace en pocas ocasiones, parece casi imposible que no sea con la cabeza. Fue otro especialista en el juego aéreo como Alexis Ruano quien dio continuidad a la curiosa tendencia al rematar un saque de esquina de Munir.

Funciona la estrategia Estos registros evidencian que el Alavés es un equipo muy peligroso en lo referido al juego por arriba y sus números en este sentido son demoledores. Además, en los dos últimos encuentros ha encontrado también el acierto en las acciones a balón parado, que es una cuestión fundamental en el fútbol actual y que amplía de manera destacada el repertorio de los equipos de cara a la portería rival.

Precisamente, la estrategia es una cuestión que gana aún más relevancia en los equipos que tienen problemas para conseguir goles en juego. Entran en acción otro tipo de protagonistas diferentes y no se depende tanto de la efectividad de los futbolistas de un perfil más atacante.

En este sentido, cuenta De Biasi con unos cuantos futbolistas que han demostrado a lo largo de sus carreras que son auténticos especialistas en este apartado. Jugadores como Alexis, Rodrigo Ely -esta misma temporada ya cabeceó al palo en un saque de esquina en la visita al Deportivo de La Coruña-, Manu García o Santos ya han enseñado en Vitoria su potencial en el juego aéreo, mientras que Guillermo Maripán es otro futbolista potentísimo por arriba. Además, cuestión no menos importante, para los servicios cuenta el italiano con buenos golpeadores, como Medrán, Ibai Gómez o Munir.

La amenaza albiazul en el juego por alto es evidente, pero a esos buenos registros en este apartado tiene que añadir, y con urgencia además, una mayor efectividad en sus disparos con los pies. Los números resultan desoladores en este aspecto, como bien refleja ese solitario tanto de Munir. La puntería no está acompañando para nada, ni siquiera en situaciones ventajosas. El penalti fallado por Manu García en Leganés, el mano a mano de Bojan salvado por el guardameta del Celta, los dos remates al palo de Pedraza ante el Real Madrid... No se puede decir que no haya disfrutado este equipo de ocasiones -sin ir más lejos, ante el Valencia fue una avalancha-, pero se precisa de un nivel de puntería mucho mayor para no depender tanto de una suerte como el juego aéreo que está dando muy buenos resultados, pero que son insuficientes si no se acompañan los testarazos de goles con los pies.