vitoria - Es pública la admiración que Sergio Fernández, director deportivo del Alavés, profesa por la Sociedad Deportiva Eibar, donde fraguó parte de su carrera en los despachos antes de recalar en Vitoria el verano pasado. Y es notoria esa admiración porque más allá de ponderar la gestión que se lleva a cabo en Ipurua desde que el conjunto armero ascendió a Primera, Fernández predica en Vitoria con el ejemplo, tratando de emular el día a día y la manera de ser que aprendió de su mentor, Fran Garagarza. No es casualidad, por tanto, que el actual Alavés y el del pasado curso compartan sintonía y camino con el del Eibar de los primeros compases en la elite del fútbol español. Humildad, rigor en la gestión -Garagarza se sinceraba recientemente en este periódico aludiendo a lo “mucho que había hecho el Eibar con tan poco”-, confianza ciega entre los miembros que conforman la dirección deportiva y un punto de ambición bien entendido que se adapte a las circunstancias del club.
En aquellos primeros pasos del Eibar en Primera -la próxima será su cuarta temporada consecutiva entre los grandes-, la capacidad económica del club era limitada, lo cual obligó al propio Garagarza y al entonces entrenador, Gaizka Garitano, a estrujar hasta el último céntimo del presupuesto y asumir el tremendo riesgo que suponía un fichaje erróneo. “Era, y sigue siendo, un lujo que no nos podemos permitir”, insistía el menudo director técnico, artífice de un modelo futbolístico que bien podría encajar en la filosofía del Alavés.
De momento, según pudo verse la pasada campaña, la filosofía de las cesiones que en su día tan buenos réditos le dieron al Eibar especialmente de la mano de clubes hermanos como la Real Sociedad, también se ha implantado en Vitoria, logrando Sergio Fernández en este sentido, y con un rendimiento extraordinario, que jugadores de una proyección formidable como Marcos Llorente (Real Madrid), Theo Hernández (Atlético de Madrid) o Camarasa (Levante) decidieran la pasada pretemporada foguearse en un conjunto recién ascendido a Primera División. Como quiera que la apuesta resultó satisfactoria para todas las partes, no existen motivos a estas alturas para dudar de que el segundo proyecto del director deportivo albiazul para la próxima temporada continuará en la misma línea. ¿Razón? Jugador joven, con proyección internacional, perfil muy específico y que llegue a Mendizorroza en calidad de cedido.
querejeta-florentino pérez En este sentido, y según apuntan desde hace ya varias semanas medios muy cercanos al Real Madrid, la posibilidad de que se repita la misma ecuación que con Marcos Llorente es una opción a punto de convertirse en realidad. En esta ocasión, los jugadores que habrían decidido dar el sí al Alavés para el próximo curso serían Enzo Zidane, de 22 años y capitán del Castilla, y Achraf (18 años), por quienes la entidad alavesa habría solicitado la cesión de estas dos perlas al Real Madrid, con el que mantiene una excelente relación dada la amistad que existe entre los máximos responsables de ambas entidades, Josean Querejeta y Florentino Pérez. En este punto, y dado que el entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, padre a su vez de Enzo, vería con buenos ojos la marcha de su hijo a Vitoria al igual que el verano pasado lo hizo Llorente, la llegada del prometedor centrocampista podría ser solo cuestión de horas. En dicha operación también podría entrar en juego Achraf, la joven promesa marroquí que está pendiente aún del futuro de Danilo -con una oferta en firme de la Juventus-, aunque en el club creen que todavía necesita progresar antes de poder formar parte de la primera plantilla. Dos jugadores de futuro surgidos en La Fábrica blanca a los que a buen seguro ya habrá chequeado el nuevo míster, Luis Zubeldía.