Vitoria - La temporada del regreso de Mendizorroza a Primera División ha sido una fiesta constante desde el primer al último día, tanto el lo deportivo, con un Glorioso en constante crecimiento hasta firmar un final de curso sobresaliente, como, sobre todo, en lo referido a la animación y el interés despertado por este Deportivo Alavés que puede vanagloriarse de contar con una de las mejores aficiones del país. En un tiempo en el que en muchos estadios en ambiente en las gradas se ha perdido de manera considerable, el recinto del Paseo de Cervantes entra en plena ebullición cada vez que los albiazules saltan al terreno de juego. Una animación excepcional que todos los visitantes han aplaudido, muchos con envidia.
Esta temporada el club ha conseguido alcanzar la mayor cifra de abonados de su historia -cerca de 16.000- y también ha logrado los mejores registros de asistencia al campo que se recuerdan. Ni siquiera en su gran etapa dorada entre finales de la década de los noventa y el inicio del nuevo siglo, con el equipo triunfando encima en Europa, se habían alcanzado cifras similares a las actuales. En los diecinueve compromisos ligueros, la media de asistencia final ha sido de 18.393 según los números ofrecidos por el club, ya que según los registros de LaLiga esa cifra mengua. Ni siquiera el hecho de haber tenido siete partidos entre semana -cuatro en lunes, uno en miércoles, uno en jueves y otro en viernes, siendo además un par de estos encuentros derbis vascos en los que la asistencia visitante se vio mermada- ha rebajado sustancialmente una media de asistencia que supera el 90 % con respecto al aforo absoluto del campo.
Hasta en tres ocasiones (Real Madrid, Barcelona y Real Sociedad) se han llenado esta temporada los 19.840 asientos de Mendizorroza, mientras que el peor registro pertenece al estreno en la categoría en casa en la segunda jornada liguera ante el Sporting, cuando solo 16.236 espectadores fueron al campo.
Apoyado por esa sensacional afición, que además de numerosa es animosa como pocas, el Alavés ha firmado una temporada de rendimiento creciente como local. Durante muchos meses, su buen rendimiento se cimentó en una espectacular trayectoria lejos de Vitoria, pero en los últimos encuentros ha sido capaz de cambiar esa tendencia para acabar firmando 29 puntos como local.
Los empates se convirtieron en el lastre del equipo en la primera parte del curso, sobre todo en los duelos contra los que entonces se consideraban rivales directos por la permanencia. Así, en la primera vuelta se firmaron cinco igualadas (Sporting, Deportivo, Málaga, Las Palmas y Leganés) y solos dos victorias (Granada y Betis), aunque solo se sufrieron un par de derrotas (Real Madrid y Espanyol) para un total de once puntos en casa.
En el segundo giro al calendario las cifras han mejorado de manera relevante. Y eso a pesar de que por Vitoria han pasado la mayoría de los mejores equipos de la competición. Cinco triunfos (Valencia, Real Sociedad, Villarreal, Athletic y celta), tres empates (Atlético, Sevilla y Eibar) y otros dos tropiezos (Barcelona y Osasuna) para acumular dieciocho puntos en la segunda vuelta.