La historia de la Copa del Rey a lo largo de los últimos años no ha sido muy pródiga en éxitos con el Deportivo Alavés, por eso las pocas veces que su concurso ha llamado la atención éste ha permanecido intacto en el imaginario colectivo. Por eso el emparejamiento de la semana pasada del Alavés con el Deportivo de la Coruña en los octavos de final ha reactivado entre el alavesismo un sentimiento de ilusión y esperanza contenida que coincide, además, con uno de los mejores momentos del club de los últimos tiempos: el equipo compite con garantías en Primera División, ha dado sobradas muestras de su pegada como visitante -ahí están los partidos ante el Barça, el Atlético de Madrid o el Villarreal- y arrastra hasta la fecha una buena racha de resultados que le sitúan en la zona tranquila de la tabla. Y por si fuera poco, cuenta con el apoyo incondicional de una afición absolutamente entregada a la causa que día tras día sigue ganándose por méritos propios un reconocimiento dentro del fútbol español. En este contexto, por tanto, el emparejamiento contra un Primera ha activado el botón de la ilusión y el alavesismo, sin quererlo o tal vez sí, ya se plantea superar metas como las que logró en la histórica temporada 1997/98, la del ascenso a Primera más de cuatro décadas después.
Entonces, en aquel curso para la historia, la escuadra que capitaneaba José Manuel Esnal, Mané, se llevó por delante a varios equipos de categoría superior hasta colarse en las semifinales de la Copa, donde el Mallorca de Héctor Cúper fulminó de cuajo el sueño del equipo. Antes, no obstante, el Alavés ya había dejado en la cuneta al Compostela, al todopoderoso Real Madrid, al que ganó por la mínima en la ida de Mendizorroza con un solitario gol de Serrano y humilló días después en el Bernabéu, y al propio Deportivo de la Coruña, al que se impuso en Mendizorroza por 3 a 1 (goles de Ibon Begoña, Pedro Riesco y Javi Moreno) y empató a cero en la vuelta, lo que le sirvió para tocar casi el cielo de la final. Como se decía, el conjunto bermellón de Cúper truncó el sueño. Por eso este año, con todos los astros a priori alineados, parece que hay ánimo de revancha entre el propio equipo y el alavesismo, deseoso de poder volver a revivir aquellas veladas mágicas...