Visitante demoledor. El Deportivo Alavés volvió a hacer gala de su condición de mejor visitante de la Liga Adelante para sacar una nueva victoria, la novena del curso, en un desplazamiento haciendo gala de seriedad defensiva y de acierto para sacar el máximo rendimiento de una ocasión.
Colíder y más renta. A solo cuatro jornadas para la conclusión de la temporada, el equipo vitoriano iguala de nuevo al Leganés al frente de la tabla con 65 puntos, pero lo mejor de todo es que ha conseguido ampliar las rentas con sus dos perseguidores inmediatos. El Nàstic se queda a cuatro puntos; el Zaragoza, a cinco.
Alavés en estado puro. El técnico alicantino volvió a dibujar un encuentro perfecto para los intereses de su equipo y consiguió maniatar por completo a un Alcorcón que apenas tuvo ocasión alguna clara en todo el partido. El Alavés aprovechó una de sus dos grandes ocasiones para posteriormente cerrar las vías de agua y acabó generando mucho más peligro que su propio rival en el tramo final.
Alcorcón - El Deportivo Alavés ya roza la gloria con la punta de los dedos. Todavía queda trabajo, seguramente mucho, por delante para agarrar con las dos manos ese sueño que cada vez tiene más tintes de realidad, pero ayer El Glorioso dio algo más que un paso de gigante hacia Primera División. Y lo hizo, una vez más, siendo fiel al estilo que le ha convertido en el mejor visitante de la Liga Adelante, un equipo al que nadie quiere recibir por las incomodidades que produce. Un trabajo de destrucción sobresaliente que dejó al Alcorcón huérfano de ideas, acompañado en esta ocasión del acierto en uno de esos regalos que no se pueden perdonar. Sufre el aficionado hasta la agonía con este equipo, pero no parecen hacerlo los jugadores sobre el césped. Su capacidad para interpretar lo que requieren partidos de este tipo es excelente. Una virtud que pone al alavesismo al borde de la gloria.
Saltaba al césped de Santo Domingo el conjunto albiazul conociendo de antemano los empates de Nàstic y Zaragoza, sus perseguidores directos, y consciente de que una victoria suponía dar algo más que un paso de gigante hacia Primera. Quizá por esa razón de no estar en peligro como contra el Valladolid, cuando no ganar hubiese supuesto perder la segunda posición, Bordalás optó por recuperar el trivote y fortalecer el centro del campo para, una vez más, tratar de asegurar el cero en la portería propia.
En un campo al que no le sobran metros, buscó el conjunto albiazul reducir al máximo los espacios poblando de piernas la zona ancha y agobiando con la presión la salida de juego de un Alcorcón que no se encontró cómodo en ningún momento durante una primera parte en la que a Fernando Pacheco solo lo pudo ver desde la distancia.
El Glorioso tenía las ideas muy claras y, una vez generado el cortocircuito, buscó el peligro con desplazamientos en largo buscando la cabeza de Toquero con Juli amenazando en las caídas. Así se forjó la mejor ocasión de la primera parte, una peinada hacia atrás del vitoriano que dejó al de Alcoy mano a mano ante Dmitrovic. Con todo a su favor, el alicantino optó por el remate duro y alto, pero el mismo se estrelló con violencia contra el larguero. Una oportunidad de esas inmejorables que se presentan una vez cada muchos partidos, pero que Juli, brillante de nuevo durante todo el primer acto, no fue capaz de embocar.
El cuadro alavesista se encontraba muy cómodo, llevando el partido a su terreno. Pero a la media hora consideró Bordalás que no era suficiente y optó por una variante sorprendente. Bernardello se fue al lateral derecho, Femenía subió metros hasta situarse como extremo y Juli quedó definitivamente centrado al lado de Toquero para recuperar de esta manera el 4-4-2. Una variante para buscar una mayor presencia ofensiva, aunque en los minutos finales de la primera parte la igualdad volvió a ser la predominante.
Apenas había vuelto a echar el balón a rodar de nuevo cuando Dani Pacheco fue capaz de aprovechar a la perfección el regalo de Djené. Una pérdida del togolés ante la presión del malagueño, que se internó en el área y, con toda la tranquilidad del mundo, batió a Dmitrovic en el primer minuto de la reanudación. El ascenso comenzaba a palparse, pero quedaba por delante un ejercicio de resistencia hasta el final.
Cedió el Alavés el balón, pero su trabajo le hizo vivir todo ese segundo acto con bastante más comodidad de la que el marcador señalaba. Solo la insistencia de Arcediano Monescillo -con un poco de suerte, no vuelve a arbitrar a este equipo de nuevo- en penalizar cada contacto albiazul generó inquietud en el balón parado. Solvencia absoluta en el dominio de los tiempos. Otro ejercicio más de solvencia que hace que el sueño sea cada vez más real.
Una nueva actuación sensacional por parte del alicantino, que está firmando un final de curso extraordinario. El único debe en todo el partido, el remate que mandó al larguero.
Es una injusticia situar a un jugador del Alavés en este hueco tras el partido de ayer, pero entre el notable rendimiento de todos Raúl García fue el que más sufrimiento tuvo.
0-1, minuto 46: Dani Pacheco. Error de Djené en un control al borde del área que aprovecha el malagueño para plantarse ante Dmitrovic y batirle con toda la calma del mundo.
Amonestó a Mora (minuto 36), Rey (minuto 44), Manu García (minuto 54), Fernando Pacheco (minuto 73), Bernardello (minuto 77), Toquero (minuto 82), Razvan (minuto 84), Máyor (minuto 89) y Djené (minuto 94).
1