El Deportivo Alavés varió ayer por completo su versión como visitante con respecto a sus últimos desplazamientos. Lejos de ser un equipo contemplativo, El Glorioso mostró ayer una ambición sin límites. Ante un oponente de elevado rango, se fue a buscar el cara a cara a pecho descubierto. Con valentía y con un juego combinativo que dio de sí para generar muchas ocasiones. Pero todo el buen bagaje ofensivo, brillante recientemente con Manu Barreiro como caudillo es su mejor versión goleadora, se vino abajo por culpa de una fragilidad defensiva que se ha convertido en constante en los últimos viajes. La zaga albiazul estuvo excesivamente contemplativa, le faltó un punto más de agresividad y dureza y concedió excesivas facilidades a un Lugo que ahora vive un momento dulce con el gol. Mereció mucho más el Alavés, pero el lastre de los errores defensivos supuso un peaje demasiado caro.
Optó Alberto de inicio por mantener la línea en la alineación y en el sistema 4-1-4-1 de los últimos partidos, repitiendo el once que confeccionó ante Osasuna. El reto era saber si a domicilio con ese mismo equipo se iba a repetir la actitud de los partidos en Mendizorroza, dejando en el archivo la penosa imagen de Palamós y sobre todo Sabadell. Desterró el cuadro albiazul esas versiones dubitativas y desde el primer segundo se fue a morder al rival en su campo. Así, los primeros compases del duelo se convirtieron en un auténtico toma y daca con dos contendientes que no dudaron a la hora de buscar el ataque en cuanto tuvieron el esférico en posesión.
Tras esos primeros minutos en los que los dos contrincantes probaron sus fuerzas, el Lugo, con David López a los mandos de las operaciones, comenzó a desplegar sus alas y a llegar con mucho peligro con las bandas gracias a dos extremos de calidad como Iriome y Toni Rodríguez, acompañados por los desdoblamientos de los laterales Dalmau y Manu. Ante esas peligrosas acometidas buscando a Caballero, el equipo de Alberto trató de aplicar calma a la circulación del balón, con mucho toque y sin asumir riesgos para no perder la posesión.
Fue el cuadro de Setién el que sacó beneficio de ese cruce de estilos. Este Lugo es un equipo que con el balón es un puro espectáculo. Y así trenzó por la banda izquierda una jugada preciosista en la que Toni Rodríguez fue hallando boquetes en la zaga vitoriana para poner el esférico en la cabeza de Caballero, cuyo cabezazo superó a Goitia.
Tras ese duro golpe en el minuto 25, El Glorioso ni de lejos se descompuso como en desplazamientos precedentes. Manteniendo la misma idea de llegar a través de la posesión y la circulación, apenas unos segundos después fue Laguardia quien dispuso de una clarísima ocasión, pero su duro remate se fue desviado. Lo mismo que otro de Toti en el tramo final de un primer acto en el que el cuadro alavesista volvió a rendir a un notable nivel a pesar de que en el marcador se fuese en desventaja de camino al vestuario.
Desgraciadamente, las opciones de éxito se vinieron abajo en apenas seis minutos de la reanudación. Y, de nuevo, por mostrarse la zaga alavesista excesivamente contemplativa en una falta lejana en la que el centro de David López voló muy alto hacia la cabeza de un Caballero que no encontró oposición para conectar un nuevo cabezazo letal.
Pese a ese nuevo mazazo, fue el Alavés capaz de seguir dando la cara. Sin desmoronarse como hace poco le pasaba. Y así, desde el punto de penalti, Barreiro recortó las diferencias con media hora por jugarse. Y tras un nuevo golpe de Toni Rodríguez que evidenció que la defensa albiazul no estaba ayer con el nivel de concentración y agresividad necesarios para tapar a un oponente del talento del Lugo, al Glorioso aún le quedaron arrestos para, de nuevo, buscar al menos el punto. Otra vez Barreiro redujo al mínimo la ventaja lucense para poner el 3-2, pero en los minutos finales las ocasiones no se vieron finalizadas por buenos remates y el Alavés se quedó, por culpa de su fragilidad defensiva, sin al menos un punto que había merecido.
Blanda defensa. El Alavés ha vivido sus mejores momentos de la temporada asentado sobre una defensa muy sólida, pero el entramado de contención hizo ayer aguas en demasiadas ocasiones. Llamó la atención, sobre todo, lo blandos que se mostraron los defensas en muchas acciones del Lugo.
Empujando hasta el final. El conjunto vitoriano no se vino ayer abajo a pesar de sufrir hasta tres serios varapalos en forma de goles encajados. Al contrario que en ocasiones precedentes, el equipo de Alberto no le perdió la cara al partido y se fue al ataque buscando al menos recuperar un punto. Y bien que mereció conseguirlo.
Un esfuerzo insuficiente. El Alavés mostró su mejor versión como visitante desde hace meses, pero pagó muy cara una fragilidad defensiva que propició que el Lugo encontrase el camino hacia el gol excesivamente cómodo. Pese a ello, con un buen fútbol, el cuadro albiazul fue capaz de reaccionar a cada golpe encajado e incluso discutió el resultado final apretando al máximo a su contrincante.
El delantero gallego atraviesa por un estado de forma espectacular y ayer volvió a sacar a relucir su enorme capacidad goleadora con dos nuevas dianas y generando mucho peligro.
El lateral vizcaíno es un gran apoyo para generar superioridad en ataque, pero ante extremos de calidad sufre mucho defensivamente, donde ayer además tuvo muy pocas ayudas.
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1-0, minuto 25: Caballero. Toni Rodríguez realiza una gran jugada por la izquierda y su servicio lo cabecea Caballero cruzado para batir a Goitia.
2-0, minuto 51: Caballero. Falta muy elevada de David López en la que Caballero gana la partida a una zaga albiazul muy despistada para cabecear con potencia y batir a Goitia.
2-1, minuto 60: Barreiro, de penalti. Empujón de Puerto por la espalda al delantero gallego, que se encarga del lanzamiento de la pena máxima y convierte con un duro disparo a su izquierda ajustado al palo.
3-1, minuto 68: Toni Rodríguez. Internada por la izquierda del extremo lucense, quien al no encontrar oposición saca un disparo poderoso desde el borde del área que supera a Goitia.
3-2, minuto 78: Barreiro. Remate al larguero de Sangalli y Barreiro estira la pierna para cazar el despeje y remacharlo a la red.
Amonestó a Toribio (minuto 2), Puerto (minuto 2), Vélez (minuto 83) y Pita (minuto 84).
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