vitoria - Si el Deportivo Alavés, como los malos estudiantes, dejó todos los deberes para el final de temporada fue, entre otras cosas, por dejar de lado de manera inexplicable a jugadores tan regulares y solventes como Óscar Rubio y, sobre todo, Guzmán Casaseca, el único puñal de garantías en la banda que, sin embargo, y luego de su absurda expulsión ante el Mirandés en Mendizorroza, estuvo siete partidos consecutivos apartado del equipo (cuatro por sanción y otros tres, supuestamente, por decisión técnica). A su regreso a la titularidad demostró con goles (0-1 al Lugo), juego y profundidad el error de su suplencia. También Rubio sufrió de lo suyo, permaneciendo 15 jornadas sin jugar, lo que sorprendentemente no afectó a su rendimiento cuando Alberto le confirió el lateral derecho en detrimento de Unai Medina. - A.G.
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