Vitoria - A Alberto López le ha llegado una oportunidad del todo inesperada al serle confiada la dirección del Deportivo Alavés y, asumida la dificultad de la empresa de la permanencia, ahora le toca demostrar que es un entrenador valiente y que está capacitado para labrarse una carrera en el mundo de los banquillos tan provechosa como cuando defendía porterías. Notorios son los retoques que necesita un equipo que se ha ido descomponiendo semana a semana sin que nada en su fuero interno se alterase y la única alternativa posible dentro del proceso de putrefacción que está padeciendo este Glorioso pasa por un volantazo radical, un giro de 180 grados que suponga un cambio sustancial con respecto a la trayectoria reciente. El propio entrenador irundarra ya avanzó cambios en las ideas expuestas hasta ahora. Y, el domingo, le toca ser valiente. Nadie le va a reprochar absolutamente nada si se arriesga y pierde, pero lo que no se puede permitir, ni él ni el equipo, es una muerte dulce. De caer, hacerlo con las botas puestas. Y eso pasa por un cambio radical en el equipo. De perdidos, por fin, al río.

Saber qué pasa en estos momentos por la mente de Alberto es ciertamente complicado. Más allá de sus experiencias en categorías inferiores y su etapa como ayudante de Natxo González y Juan Carlos Mandiá, poca referencia se tiene de sus ideas. Lo que sí parece claro es que va a cambiar muchas cosas en el equipo. Quiere ver ahora la afición a un técnico valiente y que plasme en el campo lo que la grada lleva tiempo reclamando. Es decir, un Alavés de un corte más ofensivo y en el que ciertos jugadores que están ofreciendo un rendimiento pésimo se queden en el banquillo.

Precisamente lo primero que hará el seguidor alavesista el domingo cuando llegue, o se esté acercando, a Mendizorroza, será echar una ojeada a la alineación inicial, el banquillo y la grada. En la recién finalizada etapa, Mandiá ha repetido una apuesta sistemática por una serie de jugadores que han sido inamovibles por muy mal que lo hiciese. Un error que, dicho sea de paso, ya cometió anteriormente Natxo González. La fijación de los dos técnicos por mantener perennemente en el once a algunos futbolistas que restaban más que sumaban ha despertado el enfado en las gradas. Y eso Alberto lo sabe muy bien al haberlo vivido desde dentro. Por eso, parece evidente que el irundarra en su estreno eliminará de la alineación inicial a uno o varios de esos jugadores que están marcados por la parroquia alavesista -Nano, Emilio Sánchez, Goitia...-, que ya no se guarda los silbidos cuando esos hombres señalados cometen errores.

Jugadores que estaban fuera de los planes de Mandiá ven que se abre de nuevo la oportunidad de jugar. Lo habitual en estos casos cuando se produce un relevo en el banquillo y llegan aires renovados. Habrá que ver cómo reajusta el preparador guipuzcoano el equipo, pero seguramente la alineación presentará retoques importantes. Y, en este sentido, los Rubio, Mora, Tejera, Lázaro, Raúl García o Quiroga pueden convertirse en figuras relevantes dentro de los planes de Alberto en el tramo final del curso. En este sentido, parece evidente que el nuevo responsable del banquillo habrá de confiar ciegamente en los fichajes del mercado invernal, ya que el propio club no puede permitirse que no se les exprima al máximo después del esfuerzo que se realizó para cerrar las cuatro incorporaciones.

dos delanteros En lo que se refiere al estilo de juego, todo hace indicar que la apuesta por una doble referencia ofensiva va a ser una realidad, ya sea con un mediapunta en un sistema 4-2-3-1 o con un esquema clásico como el 4-4-2. La bajada de rendimiento del equipo en las últimas jornadas ha resultado catastrófica y la absoluta soledad de Viguera un mal incurable. Durante toda la temporada, este Glorioso se había sustentado gracias a su capacidad goleadora, pero en cuanto se le ha acabado la chispa ofensiva se ha desfondado. Y para volver a ser un equipo temible arriba, la apuesta por una dupla atacante se contempla como la única alternativa válida. El riojano, en lógica sequía al ser la única referencia en la que se tienen que fijar las defensas, se encuentra demasiado solo en punta y necesita un acompañante. Otra cosa es cuál va a ser el perfil del mismo. O el de un nueve puro como Quiroga o el de un atacante de corte rápido como puede ser Stevanovic. Eso a la espera de Vélez y Toti, que casi con total seguridad se recuperarán a tiempo para, como poco, sentarse en el banquillo ante el Zaragoza. Con unos u otros, lo que parece evidente es que la apuesta ofensiva se va a redoblar para tratar de recuperar la senda del gol.