El Deportivo Alavés se va a encontrar mañana con una de las grandes amenazas ofensivas de la Liga Adelante, Yuri de Souza, un delantero al que el gol le viene el los genes, un talento heredado de familia. Y es que el que fuera el tercer máximo artillero de Segunda División la pasada temporada con 21 dianas -en el actual curso acumula cuatro- lleva el gol en la sangre. Le viene de antiguo y comparte su talento con su hermano Igor y con su primo Charles Dias, quien actualmente milita en el Celta y el año pasado fue clave consiguiendo 32 dianas en el ascenso a Primera del Almería. Pero todo este idilio con el gol lo iniciaron sus padres, dos primos que coincidieron en el Gil Vicente portugués en 1987 y que se llevaron a la localidad de Maia a unos vástagos que dos décadas después comenzarían a sembrar el terror entre los defensas del fútbol español.
En 1987 Alexandre de Souza hacía las maletas hacia Portugal para enrolarse en las filas del Gil Vicnete, en el que militaba su primo Careca y con el que acabó compartiendo camiseta y hogar. Con Alexandre viajaron sus hijos Igor (7 años) y Yuri (5), que no tardaron en congeniar con el vástago de Careca, un Charles que por entonces contaba con apenas 3 años. En su casa no se hablaba de otra cosa que no fuese fútbol y las calles de Maia vieron crecer a unos primos-hermanos que cada vez se manejaban mejor con el balón entre los pies -llegaron a federarse en voleibol, pero el juego con las manos no les convenció-, dotados de la técnica de sus progenitores pero demostrando también desde muy jóvenes un particular idilio con el gol. Y eso que a Charles, por eso de ser el pequeño, le tocaba en no pocas ocasiones ser el portero.
Y, como no podía ser de otra manera, las puertas del profesionalismo se les fueron abriendo. El primero, Igor, quien actualmente milita en las filas del Panthrakikos griego. En el fútbol portugués se hizo un nombre como goleador en el Maia y militó posteriormente en Sporting de Braga y Vitoria de Setúbal, donde consiguió su mayor éxito colectivo en 2005 al alzar la Taça de Portugal antes de enrolarse en enero de 2006 en el Pontevedra, que sería de nuevo el nexo de unión en la familia De Souza-Dias y donde acabaría jugando dos temporadas completas y tres a medias -no llegó a cuajar en ninguna de sus experiencias en Segunda- firmando al final de su trayectoria 46 goles.
Y es que el club gallego tuvo el atinado ojo de hacer coincidir en su plantilla a Charles por la derecha, Yuri por la izquierda e Igor por el centro, una tripleta atacante espectacular que ofreció un rendimiento superlativo y espectáculo en Pasarón, donde los tres coincidieron durante dos temporadas (2005-06 y 2006-07) en las que entre toda la familia marcaron 47 y 38 tantos, respectivamente. Eso sí, el conjunto de la ciudad del río Lérez no consiguió el ascenso en ninguna de esas campañas, ni en las posteriores, a pesar de sus grandes inversiones económicas y del enorme rendimiento de esta familia de goleadores y hoy purga sus penas por Tercera.
el tridente de pasarón El primero en llegar fue el actual punta del Celta, que comenzó su trayectoria profesional en Brasil antes de regresar a Portugal y dar el salto a España, de donde ya no se ha movido. Sus seis dianas no sirvieron para que el cuadro pontevedrés evitase el descenso a Segunda B, pero inició un periplo de seis temporadas en las que marcó 56 goles antes de regresar a Segunda jugando dos años con el Córdoba (22 tantos) y siendo la pasada campaña fundamental en el ascenso del Almería con esos 32 goles que le abrieron las puertas de Primera de la mano del Celta, donde es pieza fundamental.
Entre la llegada primero de Charles y luego de Igor se produjo la de un Yuri que, como su hermano, inició su trayectoria profesional en Portugal y desde muy pronto destacó como goleador en las filas del Maia. Tanto brilló que se le abrieron las puertas del Boavista, con el que llegó a jugar la Copa de la UEFA. Pero el actual delantero de la Ponferradina no llega a explotar y en verano de 2005 elige como destino una ciudad como Pontevedra tan cercana a Portugal en tantos aspectos. En Pasarón firmó dos campañas espectaculares, con 22 y 24 goles respectivamente, y vuela a Segunda de la mano del Las Palmas, donde tampoco triunfa. Volvió a tierras gallegas para reencontrarse con el gol antes de asentarse definitivamente en Ponferrada, donde ya acumula cuatro temporadas consecutivas siendo el referente ofensivo de su equipo.
Y eso que, en El Toralín, le costó explotar. Pero eso fue hasta que hace dos cursos fue uno de los héroes del ascenso con sus 24 goles y la pasada temporada contribuyó a firmar la mejor campaña en la historia del club berciano con sus 21 dianas. Hoy el Alavés tendrá que tener especial atención a este delantero fuerte y rápido que aspira a emular a su primo-hermano Charles y hacerse un hueco entre la élite del fútbol estatal.