Vitoria. Que José Carlos Granero no se casa con nadie es algo que ha quedado bien claro en apenas tres semanas del técnico valenciano al frente del Deportivo Alavés. Trabajo en los entrenamientos y rendimiento sobre el terreno de juego son las dos exigencias del preparador albiazul. El que no cumpla con ellas se arriesga seriamente a ser uno de los damnificados. El último caso que se ha vivido es el de Dani López. Su bajo rendimiento a lo largo de los últimos partidos le llevó quedarse fuera de la convocatoria en el partido del pasado sábado en Lezama. Y eso después de haber sido titular indiscutible a lo largo del primer tramo del curso. Se trata del caso más evidente, aunque no es el único que se ha dado.

A nadie sorprendió que ante el Bilbao Athletic fuese Salcedo el encargado de desempeñarse en el lateral izquierdo defensivo. Las últimas actuaciones de Dani López, quien hasta la fecha solo se había perdido un compromiso liguero al haber tenido un permiso por su paternidad durante los días previos al choque contra la Real Sociedad B, estaban muy por debajo de lo esperado del futbolista procedente del Numancia. Con una amplia experiencia en Segunda División, el rendimiento del asturiano no estaba siendo positivo.

Desde su primer entrenamiento mandó Granero un mensaje claro en este sentido, ensayando ya con Salcedo en dicha demarcación. Precisamente en su plácido estreno en Palencia, el preparador valenciano dio minutos al vitoriano durante la segunda parte sustituyendo a un Dani López al que finalmente mandó a la grada en Lezama por su bajo rendimiento hasta la fecha.

Una situación similar es la que está viviendo Aridane. Beneficiado por la lesión de Gallardo y la desconfianza de Luis de la Fuente en Jon Moya, el canario se hizo con un puesto como titular del que ahora se ha visto desbancado. El citado Moya fue la primera apuesta de un Granero que desde su primer día en Vitoria comenzó a pensar en Quintanilla como central, dándole minutos en la segunda parte contra el Sestao. Precisamente, el joven futbolista bilbaíno adelantó a Aridane en el compromiso de Lezama al ser el encargado de cubrir la ausencia de Luis Prieto en el eje de la zaga. El preparador valenciano quiere que Quintanilla juegue de manera habitual como central y su actuación ante el Bilbao Athletic resultó bastante convincente.

Las de Dani López y Aridane son las situaciones más significativas por ser dos jugadores que venían siendo titulares anteriormente, pero no son las únicas cruces que Granero parece haber puesto. En los casos de Óscar Rubio y Luisma, la falta de confianza ya venía de antes, pero tampoco han sabido convencer al nuevo técnico.

El lateral derecho llegaba a Vitoria con vitola de gran jugador, pero sus malas actuaciones y la sobresaliente temporada que está cuajando Fachan le han relegado a un merecido segundo plano. El defensa francés se ha ganado con su potencia física y sus llegadas al ataque la confianza de Granero y Rubio va a tener bastante complicado hacerse un hueco en el once.

Por su parte, Luisma ha sido siempre utilizado como revulsivo en las segundas partes, pero el hecho de que no fuese utilizado en un partido en el que el entrenador alavesista no contaba con elementos para cubrir las dos bandas también es llamativo. Cuando con anterioridad había apostado siempre por el 4-4-2, Granero varió en Lezama hacia un 4-1-4-1 en el que Geni actuó por la banda derecha, dando entrada por el centro a un futbolista de calidad como Javi Rubio al que se pretende recuperar para la causa.

El de los delanteros es el último punto llamativo dentro de las apuestas que ha realizado Granero. Si con De la Fuente los minutos y las titularidades se fueron repartiendo entre los tres estiletes de la plantilla, de los que solo jugaba uno como referencia ofensiva, con el preparador valenciano los puestos han quedado bien definidos. Azkorra y Geni han sido titulares en los tres compromisos que ha dirigido el nuevo preparador alavesista, mientras que Jito ha quedado siempre de inicio en el banquillo, teniendo su oportunidad en las segundas partes. Un nuevo reparto de roles el que ha propiciado Granero, con sus beneficiados y sus damnificados.