El Deportivo Alavés vivió frente a la Arandina los primeros puntos que vuelan de Mendizoroza en la presente temporada. El equipo de Luis de la Fuente empató un partido que por ocasiones debió ganar pero que no alcanzó a definir. El conjunto albiazul, especialmente en los primeros y los últimos minutos, generó un caudal ofensivo tremendo. Pese a la cantidad de ocasiones de las que disfrutó el Alavés, el equipo volvió a reincidir durante el tramo central del partido en ciertas lagunas ya conocidas. Se sigue echando en falta una figura de enganche entre los centrocampistas y el delantero.
El jugador teóricamente llamado para esa función es Javi Rubio, quien no termina de ser un factor determinante en los últimos metros ni de ofrecer la llegada que demanda su posición. El propio Indiano, pese a jugar un poco más retrasado, se deja caer por el área con más cadencia que su socio. Siempre con criterio y sorpresa en la incorporación desde la segunda línea aunque sin el disparo de los centrocampistas llegadores. La ausencia de este tipo de futbolista provoca una rémora importante al juego albiazul.
Por un lado, la distancia entre el punta y los centrocampistas es demasiada en muchas ocasiones, haciendo del delantero una referencia solitaria sin la relación óptima con el trabajo y los automatismos del equipo. Ayer, además, la falta de esta figura de enganche o segundo punta, dejó sin aprovechar una gran parte del volumen de trabajo expuesto por Azkorra, que no tuvo facilidad para encontrar un jugador capaz de aprovechar sus descargas más cerca de la zona final del campo.
La alternativa existente más lógica, a la par que reclamada, puede ser la incursión de Geni, optar por añadir un segundo punta y sacrificar un centrocampista. Siendo Lázaro indiscutible como cinco e Indiano el director de la orquesta, Rubio sería el damnificado si De la Fuente opta por esta variante, a la que es reacio pero sin fundamentalismos. Ayer, obligado por la necesidad, juntó al asturiano con Jito y ofreció al equipo una mayor presencia en el área rival. Geni disfrutó de dos ocasiones que no pudo concretar y Jito de otras tantas. En la línea del colectivo.
De la Fuente, durante un tramo del partido, también probó a Sendoa por dentro. El de Erandio, todo calidad, filtró a Jito un pase de gol que el catalán no pudo materializar. No obstante, la solución de Sendoa como volante supondría perder mucho en la izquierda, desde donde el número 22 incide en el juego con llegada, goles y centros.
Frente a la Arandina, el Alavés sí que tuvo la personalidad que se le exige durante muchos momentos. Los laterales, especialmente Marc Fachan, se proyectaron en ataque durante todo el partido, ensanchando el campo y llegando a línea de fondo con constancia. También Salcedo se sumó a la causa aportando minutos de calidad. Lazaro ofreció una salida correcta en todo momento e Indiano sigue dulce. Falta esa tecla por tocar que combine mejor con la última línea.