Vitoria. "Nos creíamos invencibles -de ahí la platanopancarta de Liverpool, nunca llorarás solo-, pero a los 20 minutos nos bajaron a la tierra". Es el testimonio de Diego (con la camiseta roja), uno de los 8.000 aficionados que aquel 16 de mayo viajaron hasta Dortmund. Lo hizo junto a sus amigos Iñigo, alias Flotxis, Rafa y Joseba en el "tren de la muerte". 14 horas de paliza en la ida y "no sé cuántas más en la vuelta; ¡no llegábamos nunca, joder!", recuerda hoy Diego. Sobrellevaron aquella tortura entre kalimotxos, bocatas y "algún que otro cigarrillo de la risa". Para todos ellos, socios del Glorioso "desde siempre", la experiencia mereció la pena. "Fueron momentos únicos, inolvidables; teníamos un equipazo de la leche que nos hizo sentir mucho orgullo. Ojalá algún día volvamos a vivir algo igual", concluye este trabajador de Mercedes. Foto: dna
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