vitoria. Minutos antes de las ocho de la tarde, la plaza de la Virgen Blanca registraba una actividad desconocida incluso para un centro neurálgico de la ciudad como éste. Junto al monumento a la batalla de Vitoria, banderas albiazules ondeaban por doquier y el habitual runrún de conversaciones era sustituido por cánticos cada vez más sonoros con un evidente nexo común, el apoyo al Deportivo Alavés. La explicación, bien sencilla. La manifestación convocada por el colectivo de peñas Alavés Gare que bajo el lema Denok batera, Alavés aurrera reclamaba que el futuro de la entidad del Paseo de Cervantes deje de estar amenazado de muerte y se encuentre una salida al negro túnel en el que se encuentra desde hace unos años. Con unos pocos minutos de retraso sobre el horario previsto la marcha comenzó su andadura hacia Mendizorroza y pronto quedó claro que el respaldo de los aficionados a la iniciativa iba a resultar masivo.

Pese a las adversas condiciones climatológicas, el poco apropiado horario y la coincidencia con otros eventos, los seguidores albiazules lograron, como una marea cada vez más fuerte, inundar toda la calle Prado. De esta manera, mientras la cabeza de la manifestación alcanzaba la catedral nueva, la cola todavía empezaba a abandonar la Virgen Blanca. Conforme avanzaba la marcha, por todos los flancos llegaban nuevos integrantes que se sumaban al cuerpo de la misma y, como una sola voz, entonaban los lemas que resonaban en el gélido cielo de la ciudad mientras muchos otros ciudadanos les observaban con atención.

Entre los manifestantes, seguidores de todas las edades y condiciones pero que, cada quince días, cuentan con un ineludible nexo de unión en Mendizorroza. En todos ellos, una misma idea. Si El Glorioso ha sido siempre motivo de orgullo y un símbolo con el que identificarse y sufrir y disfrutar, en estos instantes de máxima angustia para su supervivencia, no puede haber lugar para el desánimo. "Ahora más que nunca, ¡Deportivo Alavés!", retumbaban al máximo de decibelios una y otra vez las gargantas de los aficionados.

Una de ellas, la de David González, no podía disimular la emoción viendo el éxito de la convocatoria. "Llevo muchos años de socio y esto es impresionante. Si ya nos movilizamos cuando estaba Piterman ahora no podíamos quedarnos quietos y la gente ha respondido fenomenal. El Alavés no se puede morir, no podemos consentirlo y sea como sea hay que encontrar la fórmula para sacarlo adelante", explicaba a toda prisa antes de arrancarse de nuevo para unirse al Bravo equipo albiazul... que comenzaba a inundar las calles.

Antón pesetero A medida que la marcha iba cumpliendo el recorrido, se produjo el primer hecho significativo de la noche. Tras unos minutos en los que únicamente se escucharon cánticos de apoyo al Deportivo Alavés, el paso por la Avenida Gasteiz significó un punto de inflexión. Porque al avanzar junto al restaurante Zaldiaran, la manifestación ralentizó su ritmo y al grito de "Antón, Antón, Antón pesetero" tuvo un recuerdo para el que fuera presidente de la institución alavesista y que en su momento cedió el testigo al frente del club al innombrable Dmitry Piterman.

En ese momento se abrió también la espita para que aparecieran alusiones a otras partes implicadas con mucho que decir en la posible supervivencia del Alavés. "Diputación, manipulación", "Agirre dimisión" o "Ayuntamiento, miento, miento, miento" pasaron a convertirse en los eslóganes mayoritarios al tiempo que se lanzaban al aire pasquines en los que se reclamaba "implicación" para ayudar a la salvación y se acusaba de "fariseos" a los responsables políticos de la provincia.

"Las instituciones llevan años ninguneando al Alavés en vez de ayudarlo y tienen que darse cuenta de que hay mucha gente detrás que va a tener muy en cuenta lo que hagan", advertía con vehemencia Gorka Uribe.

Paso a paso, la manifestación -integrada ya por aproximadamente dos mil personas- llegó a Mendizorroza con el encuentro ya en juego para, de esta manera, cumplir con la segunda parte de la iniciativa. Esto es, entrar al estadio cinco minutos después del inicio del duelo. Tras cruzar los tornos con rapidez, cada uno ocupó su localidad -el aforo oficial definitivo fue de 5.600 espectadores- mientras en el fondo de polideportivo se desplegaba una campaña en la que se leía "Soluciones ya".

Felipe Saéz de Urturi, uno de los organizadores de la convocatoria, hacía lo propio mientras lanzaba un claro mensaje a todo aquel que lo quisiera escuchar. "El Alavés es mucho más que un club y ha quedado muy claro. Es hora de que los que pueden ayudar se quitan la venda y sean, por lo menos, alaveses. El Glorioso tiene que seguir vivo".