Vitoria. Ni solo ni acompañado. Josean Querejeta no participará en la próxima ampliación de capital del Deportivo Alavés, lo que supone, de manera efectiva, que se esfume la principal alternativa manejada durante los últimos meses como tabla de salvación del malherido Glorioso. Sin embargo, no va a resultar posible. Como ya adelantó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el pasado viernes, el presidente baskonista había decidido hace aproximadamente diez días renunciar a su idea inicial de desembarcar en el club del Paseo de Cervantes. Tras estudiar información de primera mano -en una exhaustiva auditoría- del estado de las cuentas de la entidad y comprobar, entre otras cosas, la considerable deuda post concursal generada, llegó a la conclusión de que la inversión necesaria para poder resucitar a este moribundo debería ser muy superior a los 2,5 millones de euros que se han fijado en la próxima ampliación de capital. Un horizonte demasiado complejo que le llevó a echarse a un lado.

Sin embargo, el máximo interés mostrado por las instituciones para que esta vía llegara a buen puerto, llevó al de Lazkao a realizar un último intento. De esta manera, y con el visto bueno de la Diputación, los pasados jueves y viernes mantuvo sendas reuniones con dos empresarios alaveses con el objetivo de sondear la posibilidad de formar una unión de fuerzas que permitiera afrontar con un mínimo de garantías el reto que supone en estos momentos desembarcar en el Deportivo Alavés. Pues bien, los encuentros se saldaron sin que apareciera la fumata blanca y, en consecuencia, la decisión de Josean Querejeta se ha convertido en irrevocable.

En primera persona El propio presidente baskonista se encargó de anunciarlo ayer mismo en primera persona asegurando públicamente que "descarto totalmente que Saski Baskonia o yo vayamos a participar en la próxima ampliación del Deportivo Alavés". Una frase escueta pero contundente y que conociendo los códigos en los que suele expresarse el empresario de Lazkao no deja lugar a dudas sobre la firmeza de su decisión. Ni solo ni en compañía de otros. El futuro del Glorioso no pasa por las manos del presidente baskonista y su entorno.

Una decisión la del máximo responsable del Caja Laboral que proyecta muchas sombras sobre la entidad del Paseo de Cervantes. Porque su desembarco en Mendizorroza desde Zurbano se había convertido en la principal alternativa para tratar de mantener con vida al club albiazul. Con el total respaldo de las instituciones -que incluso han tratado con insistencia de empujarle a dar este paso- y una dilatada y brillante trayectoria como gestor deportivo de primer nivel a sus espaldas, parecía el deseado mirlo blanco capaz de sanear una institución herida de muerte en los últimos años.

A partir de ahora, sin embargo, la posible solución para los graves males albiazules habrá que buscarla en otro escenario. Algo que, teniendo en cuenta los antecedentes y que el tiempo transcurrido sin ver la luz al final del túnel no ha hecho sino empeorar las cosas y reducir el margen de reacción, no se antoja en absoluto sencillo. Y es que si en todos los meses que han transcurrido -con una ampliación de capital de por medio y otra a punto de aprobarse- desde que comenzó el baile en el consejo de administración alavesista con la salida de Ortiz de Zárate y la entrada de la familia Ruiz de Gauna junto a Guillermo Asarta no ha aparecido nadie dispuesto a invertir en El Glorioso, resulta más que arriesgado aventurar que pueda suceder en estos momentos en los que la amenaza de liquidación cada vez es más firme. Resta por saber también cuál va a ser a partir de ahora el comportamiento de las instituciones -especialmente la Diputación-, que aunque públicamente nunca se han pronunciado en privado siempre habían apostado por Josean Querejeta como solución.