Las fiestas de Agurain llegan a su fin este domingo por la noche tras siete intensos días de jolgorio. Unos festejos, los más importantes del año en la localidad, que han destacado por el buen ambiente que ha reinado en la villa durante la última semana y la amplia participación en las actividades organizadas.
La jornada de hoy ha amanecido soleada en el pueblo, lo que ha propiciado que los y las aguraindarras se echen a la calle para disfrutar desde bien temprano.
Herri kirolak
Una de las primeras citas del día ha sido el campeonato de Araba de levantamiento de piedra y la exhibición de deporte rural en el carrejo de San Jorge. Con media hora de retraso ha comenzado la muestra de deporte ante la atenta mirada de los apasionados de la aizkora, el levantamiento de fardo o los harrijasotzailes.
Mientras se disputaba el deporte rural, las calles de la localidad se han llenado de color y música de la mano de los y las participantes en la kalejira que ha partido de la plaza San Juan. El sonido de la trikitixa ha roto la tranquilidad y ha animado a más de uno a sumarse al desfile.
En la plaza de Santa María un buen número de personas esperaba la llegada de las y los dantzaris, sobre todo familiares y amigos deseosos de ver los progresos del grupo Dardara de la localidad.
El aurresku ha abierto una exhibición en la que, uno a uno, han participado los diferentes grupos que acuden semanalmente al centro ubicado en el centro comercial de la calle Bizkaia. Los y las más txikis han sido los que han cosechado un mayor número de aplausos. “Son graciosísimos”, comentaba una pareja presente en el acto.
Sin descanso
Al término de la exhibición, buena parte del público se ha unido a los dantzaris en el dantza plaza, que ha estado amenizado por la música de Jotafa.
Casi sin tiempo para reponer fuerzas, los blusas han ido reuniéndose en sus lugares habituales. Unos en los bares de la localidad, otros en los txokos, pero todos ellos con el ánimo y las ganas suficientes para rendir al máximo en esta última jornada festiva.
Una vez concluido el encuentro y sin apenas haberse recuperado de la noche anterior, tanto aguraindarras como visitantes han comenzado el tradicional poteo por las calles de la localidad acompañados por grupos de espontáneos que cantaban y bailaban en la calle al ritmo de la música de las tabernas.
Ya por la tarde, los y las aguraindarras no han dudado en echarse de nuevo a la calle para disfrutar de la txaranga popular.
Los bailables y el toro de fuego serán los últimos actos de un día que cerrará, como es tradicional, el entierro de la sardina y la traca fin de fiestas.