Ana Celia Ramos, coordinadora de fisioterapia en Atención Primaria de la OSI Araba; y Aloña Garmendia, fisioterapeuta del centro de salud de Salburua, explican a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA la evolución, los objetivos y las demandas de cara al futuro de un servicio que afirman, funciona. “La evidencia actual nos avala”, señala Ana Celia, tanto para “problemas músculo esqueléticos o situaciones de cronicidad, como para, por ejemplo, la oncofragilidad”, añade Aloña.
Terapia grupal
¿Y cómo se trabaja con los pacientes? “Se trabaja en terapia grupal porque tiene muchos beneficios;se promueve mucho la integración, se socializa, se fomenta más el ejercicio de manera regular, se generan hábitos saludables, y entre ellos promueven la participación activa. El paciente es el propio protagonista dentro del grupo, se genera un marco de sostén y acompañamiento”, explica Ana Celia.
"El paciente es el propio protagonista dentro del grupo, se genera un marco de sostén y acompañamiento"
Metas alcanzables
El servicio cuenta con varios programas, orientados al dolor en columna, cervical, dorsal, lumbar, o a una mezcla de diferentes combinaciones, y también un programa de hombro doloroso en el que se le dan al paciente nociones básicas acerca de la Ciencia del Dolor, y se pautan programas “precisos y ajustados a las necesidades del paciente. Se ponen metas alcanzables –señala Ana Celia– para no generar abandono y se les dan recursos de autogestión. El objetivo es disminuir el dolor, pero también recuperar la calidad de vida”, y eso pasa por “despenalizar el movimiento; son pacientes con muchas restricciones y miedos, y nuestro objetivo es que vuelvan a recuperar la funcionalidad”. Se trata de “cambiar la idea de paciente pasivo y fisioterapeuta que trabaja manualmente; ahora el fisioterapeuta le ayuda a generar esos programas de ejercicio”.
Por otro lado, apunta Aloña, “al generar un cambio de estilo de vida, al impulsar la actividad física y la recuperación de la actividad, fomentamos que se prevengan futuros casos o tengan problemas añadidos por ese dolor”.
"Al generar un cambio de estilo de vida, al impulsar la actividad física y la recuperación de la actividad, fomentamos que se prevengan futuros casos o tengan problemas añadidos por ese dolor”
Los perfiles
En cuanto a los perfiles de los pacientes que pasan por el servicio, la edad predominante es de entre 40 y 60 años, y más mujeres que hombres, “pero hay gente desde 16 hasta 80 años”, afirma.
Además, el servicio se ha incorporado a la Unidad de Afrontamiento Activo del Dolor de la OSI Araba, educando en Ciencia del Dolor y fomentando el movimiento. “También colaboramos con las enfermeras de Comunitaria para enfocar el trabajo a la prevención”, afirma Aloña.
Demanda en aumento
En estos seis años de trabajo la demanda del servicio entre la población ha aumentado de forma sobresaliente. Según Ana Celia, por un lado ha sido consecuencia “del boca a boca, porque la experiencia de los pacientes es muy positiva y eso se transmite al resto de la ciudadanía”. Además, “los médicos de Primaria también reciben la información por parte de los pacientes, ven su evolución y eso hace que ese enriquezca mucho más este círculo, hay muchos más casos que pueden ser derivados”.
No hay datos para constatar el efecto que tiene este servicio en el alivio de la presión sobre el sistema sanitario, pero sí ven, dice Ana Celia, que al disminuir la percepción del dolor en los pacientes “no solo disminuye la percepción del dolor también mejora la funcionalidad y ambas cosas hacen que no sea necesaria la derivación hospitalaria”.
En todo caso, se puede hacer más, y por ello Ana Celia aboga por potenciar la prevención primaria para “evitar muchas derivaciones a consultas médicas hospitalarias, con lo que ya reduces gasto, evitas fragilizar a los pacientes y se retrasa el acceso a nuestro servicio”. Debe haber por ello “un acceso precoz a la fisioterapia, intervenciones educativas, orientar a la población y hacer una buena escucha terapéutica”.
Aloña ratifica su opinión. “Es importante trabajar en la detección precoz para que los pacientes no se cronifiquen, necesiten más recursos, aumente la discapacidad y disminuya su calidad de vida; y para esto es importante trabajar con otros agentes de la comunidad y con otros perfiles sanitarios”.