La Audiencia de Álava juzgará este martes al expolicía de Amurrio que disparó a una ventana de un caserío y tenía en su domicilio una treintena de armas, además de proyectiles e incluso una bomba de aviación. La Fiscalía pide para este expolicía nacional siete años y medio de prisión por un delito de depósito de armas de guerra.

Bala de 9 mm

Los hechos ocurrieron el día de Reyes del año 2019, cuando el acusado disparó una bala de 9 milímetros contra un caserío del barrio de Lezama de Amurrio perteneciente a la familia Azkarraga Isasi, vinculada a la izquierda abertzale, y de cuya fachada colgaba un cartel para reclamar el acercamiento de los presos de ETA a Euskadi. El disparo, efectuado a unos 400 metros, rompió el cristal de una ventana de la planta baja.

Escondida en el monte

El hombre, de 74 años entonces, fue identificado como el supuesto autor del disparo y detenido días después, una vez que el sospechoso guió a la Ertzaintza al lugar donde tenía escondida la pistola utilizada, en un agujero tras unas piedras en el monte. El acusado no tenía en ese momento licencia de armas para esa pistola, que se le había retirado en febrero de 2018.

Bomba de aviación

Al registrar su vivienda, se encontraron en la misma más de una veintena de proyectiles de artillería, incluida una bomba de aviación con su carga original, y diversa munición, aunque casi todos ellos estaban “inertes” o no suponían peligro.

Treinta pistolas

También se hallaron una treinta de pistolas, fusiles antiguos Mauser y Cetme, carabinas y subfusiles, la mayoría en mal estado.

Depósito de armas de guerra

La Fiscalía considera que el acusado ha cometido un delito de depósito de armas de guerra por el que le pide siete años y medio de prisión, más una pena adicional de 10 años y medio de privación del derecho a la tenencia y porte de armas.