El diputado general de Álava, Ramiro González, realizó ayer su última comparecencia pública del año en la que destacó que 2023 ha sido un año “francamente positivo, un muy buen año en la creación de empleo, muy cerca del pleno empleo y con una disminución paulatina de la inflación, una muy buena noticia para las familias”. Además, anunció que sus objetivos para el año que viene son mantener “alejada la crispación” del territorio y seguir avanzando hacia el “pleno empleo”.

En su tradicional rueda de prensa tras el Consejo de Diputados, González hizo balance del año que termina, en el que, como destacó, también se ha cumplido el objetivo de la estabilidad y la convivencia. “Pese al fuerte clima de confrontación política en el Estado y los intentos de trasladarlo a Álava”, el territorio “ha sido capaz de mantenerse al margen de ese clima”, resaltó.

En lo económico, 2023 ha sido un año “francamente positivo, un muy buen año en la creación de empleo, muy cerca del pleno empleo y con una disminución paulatina de la inflación, una muy buena noticia para las familias”.

Ramiro González, diputado general de Álava, explicó ayer que quiere “conocer al detalle” las rebajas anunciadas por el Estado, para “incorporarlas” al transporte alavés

Descarbonización

Además, para el diputado general, empiezan a verse los frutos del trabajo en la descarbonización de la economía y se han dado avances notables en políticas sociales, “con más plazas que nunca y modernizando los recursos”, como la adjudicación el martes pasado de la reforma de la residencia de Samaniego.

Para 2024, la intención es “seguir avanzando para alejar la polarización y la crispación”, mientras Álava “se acerca todavía más al pleno empleo y da pasos en la implantación de las energías renovables y más plazas en los cuidados”, concretó.

También se verán avances en tres proyectos que impulsa la Diputación, aunque se inaugurarán en años venideros, como son el centro de fabricación avanzada de la automoción, el centro del vino EDA, que organizará en 2024 “algunas actividades puntuales”, y la fábrica de baterías Basquevolt.

Respecto al EDA Drinks & Wine Campus, señaló que “la actividad plena comenzará en verano de 2026, pero en 2024 ya tendrá una actividad más puntual”. “Se van cumpliendo los hitos con la elección de las parcelas en Laguardia y Vitoria, las dos con muy buenas condiciones para albergar un proyecto de esta categoría y posicionar a Álava y Rioja Alavesa entre los grandes territorios del vino, de mano del Basque Culinary Center”, añadió.

Y es que “EDA va a suponer un antes y un después en la relación de Rioja con Vitoria y el prestigio internacional de la marca Rioja Alavesa con un vino, un patrimonio y una cultura específicos”.

“Álava progresa y desde la Diputación lo hacemos posible con el conjunto de la sociedad, progresando en la cohesión social”, subrayó el regidor de Álava.

Molino y placas solares en el Parque Tecnológico de Álava.  | FOTO: P. BARCO

Molino y placas solares en el Parque Tecnológico de Álava. | FOTO: P. BARCO

Ayudas por la sequía

Aparte, también dio a conocer que la institución foral repartirá 1.654.000 euros de ayudas extraordinarias al sector agrícola alavés para paliar las consecuencias de la sequía y las altas temperaturas, que han afectado a las cosechas durante esta campaña.

El dinero se va a repartir entre las 440 peticiones aceptadas. La aportación económica está limitada a 15.000 euros por explotación, con un mínimo de 300 euros.

La ayuda responde a la “delicada situación” por la que atraviesa el primer sector, afectado por la coyuntura del mercado agrario internacional marcado por el importante incremento de los costes de producción, con grandes dificultades para repercutirlos en la cadena de valor y en el precio de los alimentos.

Esta grave situación se ha visto acrecentada por los episodios de altas temperaturas y el periodo de sequía que se viene prolongando desde hace meses, que afecta a gran parte de las producciones agrarias de Álava, especialmente en la comarca de Valles Alaveses.

Así, cultivos como la legumbre, la patata o la remolacha azucarera, han visto condicionada su productividad por las altas temperaturas de la época estival, que han provocado la paralización de la actividad vegetativa durante periodos clave, así como el aborto de la floración en algunos cultivos.

También ha habido una baja productividad por colmena, ya que la sequía y elevadas temperaturas o lluvias torrenciales afectan directamente a las plantas que usan las abejas para producir su miel. – DNA/EFE