La actuación de los bomberos es especialmente requerida en dos épocas del año; por un lado, en los meses estivales, debido al incremento de incendios forestales, y por otro, en los inicios del invierno, con el uso de los diferentes sistemas de calefacción, como las chimeneas, estufas o calefactores, entre otros.

Bomberos trabajando en la extinción de un incendio originado en una chimenea de Bóveda.

En este sentido, las viviendas de la zona rural de Álava, muchas de ellas dotadas de la tradicional chimenea de leña para calentar los hogares, pueden llegar a convertirse en un foco de incendios con la llegada de las bajas temperaturas, principalmente en los meses de noviembre y diciembre.

De hecho, tal y como ha podido consultar este periódico, en 2021 los bomberos de Vitoria y Álava intervinieron en más de 50 incendios originados en chimeneas. Asimismo, reparando en otros años, la media se sitúa en unos 70 anuales, sumando todas las salidas, tanto de bomberos de la ciudad como de la Diputación.

Por ello, para evitar correr riesgos, es imprescindible llevar a cabo un buen uso y mantenimiento de las mismas. Así lo destaca Javier Vergara, inspector de los Bomberos Forales de Álava, quien asegura que aún no es tarde para poder realizarlo. “Todavía el frío no ha golpeado con fuerza en el territorio.

Por ello, lo que tratamos de hacer ahora es un llamamiento a la población para que realice la limpieza y revisión correspondiente de chimeneas u otros sistemas de calefacción”. Asimismo, el inspector matiza que, en el caso concreto de la chimenea, es importante realizar un examen del estado del tiro antes de encenderla, sobre todo, después de un largo periodo sin uso.

CAUSAS DEL FUEGO

Son varias las causas que pueden producir la aparición del fuego en una casa que utiliza como método calefactor braseros, estufas o chimeneas. Precisamente, en esta última, el desprendimiento de chispas o brasas cerca de material combustible, como por ejemplo, mobiliario de madera, así como una mala instalación del tubo o un diseño defectuoso del mismo, pueden ser algunos de los factores que lo desaten. “En ocasiones se da porque el sistema no funciona bien, porque no existe una buena oxigenación”, matiza Vergara.

CÓMO ACTUAR

“En caso de incendio, lo primero que se debe hacer es avisar rápidamente a Emergencias (112), para poder desplazarnos lo antes posible”, explica el bombero foral. Por otro lado, si lo que se está quemando es la chimenea, se debe cerrar el tiro para que el aire no pueda pasar.

Asimismo, Vergara afirma que “si el incendio se produce en la parte baja de la chimenea, y se dispone de un extintor en el domicilio, se intentaría usar para cortar la propagación del fuego”. Por último, se procedería a salir cerrando todas las puertas y ventanas.

De igual modo, el inspector alerta sobre el peligro que supone el monóxido de carbono. “Se produce por una mala combustión o la deficiencia de la limpieza de carbono y puede generar la intoxicación de las personas”, explica.

Matthias Jörger, uno de los deshollinadores que trabaja en Álava Pilar Barco

“OFICIO EN DESUSO, PERO NECESARIO”

Quizás la figura del deshollinador, aquel hombre ennegrecido por el carbón que recorría los tejados para limpiar chimeneas, haya quedado en el imaginario de muchos ciudadanos tras cobrar protagonismo en la clásica película de Mary Poppins.

Un oficio antiguo, esencial, pero aún desconocido. De hecho, Álava tan solo cuenta con tres deshollinadores que limpian y revisan el estado de las chimeneas para prevenir incendios, más habituales en los núcleos unifamiliares alejados de la ciudad.

En este sentido, Vergara destaca que “la profesión está en desuso, pero es necesaria”. Por otro lado, en las viviendas donde residen personas mayores, la inspección y el mantenimiento suele ser menor porque “no pueden subir a las chimeneas a limpiarlas”. Una limpieza que, tal y como advierten, es imprescindible realizar de forma anual.