El sediento campo alavés ha podido beber algo gracias a las lluvias de los últimos días que, tras la sequía de los últimos tres meses, han caído como de agua de mayo, por lo que se ha revertido la tendencia a la baja de precipitaciones acumuladas en el territorio.

Así, gracias a los chubascos del fin de semana y a lo poco que cayó el miércoles y jueves pasado, los embalses del sistema del Zadorra, que abastecen a Bilbao y Vitoria, han crecido un 2% (al pasar del 73 al 75%), respecto al nivel de hace una semana.

Como especifica la Agencia vasca del Agua, URA, en Urrunaga, la lámina de agua ha subido 50 centímetros con lo llovido en las últimas 48-72 horas y en Ullibarri 8 centímetros, lo que supone cerca de un 2% más de agua almacenada. ç

Exactamente, el embalse de Ullibarri, el principal embalse del sistema del Zadorra, este domingo (los últimos datos que hay disponibles) estaba al 75%. En cuanto al de Urrunaga, que tiene la mitad de tamaño, estaba al 77%, un 3% más que hace un mes.

“El abastecimiento está garantizado como lo estaba antes, aunque con estas lluvias, el margen de garantía es mayor”, destaca URA.

Comparativa

Sin embargo, el volumen de agua embalsada es ligeramente inferior al del año pasado por estas fechas, cuando Ullibarri-Gamboa estaba al 89%. Si bien, URA recuerda que el año pasado “el volumen embalsado era más alto por un episodio de lluvias altas de finales del 21 y principio del 22”.

Ullibarri también está diez puntos porcentuales por debajo de la media de los últimos 10 años (85%). Es más, si se tiene en cuenta que el domingo retenía 109,2 hectómetros cúbicos de agua, de acuerdo a los datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), habría que remontarse al año 2002 para encontrar un volumen tan bajo un 15 de mayo, ya que ese año se llegó a los 104,3 hectómetros cúbicos.

En cuanto al de Urrunaga, el 15 de mayo de 2022 estaba al 89% y el volumen medio de los últimos 10 años es de 81%.

Evolución de las precipitaciones

“Se ha de seguir atentos a la evolución de las precipitaciones, para determinar, si fuera necesario, posibles medidas en el futuro. Y hay que recordar, que de acuerdo a los hidrogramas clásicos, la probabilidad de que llueva a estas alturas del año sigue siendo alta. De hecho, para hoy mismo, hay probabilidad de chubascos.

En caso de que tales lluvias no se dieran y los meses de escasez siguieran, las estrecheces se podrían dar en los pequeños sistemas de abastecimiento que dependen de manantiales o tomas en el río. “No en los grandes sistemas de abastecimiento, como la población asistida por Amvisa (Aguas municipales de Vitoria), por ejemplo”, matiza URA.

Como subraya, haya sequía o no, es necesario recordar la necesidad de seguir aumentando la eficiencia en el uso del agua que se toma del territorio: “Una gestión profesional, económica y técnicamente solvente que redunde en una gestión de la demanda del agua que evite pérdidas, permita satisfacer usos detrayendo menos del medio”.