El Instituto Foral de la Juventud sólo ha recibido una queja, duplicada, ya que la misma se hizo en dos ocasiones, porque una asociación consideró que una de las instalaciones no estaba preparada para garantizar la accesibilidad a un usuario en silla de ruedas. Sin embargo, la institución foral tuvo que contestar que esa situación no era verdad y que las instalaciones de la Diputación cumplen con la normativa para garantizar su uso a todas las personas.

La situación ha trascendido porque se presentó en Juntas Generales de Álava una pregunta de un juntero en la que se pedía información sobre las quejas que se pudieran haber presentado por parte de usuarios en los últimos diez años de los albergues juveniles de Zuhatza, Barria y Espejo respecto a las condiciones de accesibilidad establecidas en la ley.

La Diputación contestó por escrito que se había recibido una queja a través del correo electrónico de la isla de Zuhatza el 5 de septiembre de 2022. En dicho correo se adjunta una reclamación de fecha 25 de agosto de 2022 de la asociación de padres y madres Kilimak. En el escrito indican que un grupo de jóvenes canceló una reserva a la isla porque uno de ellos necesita silla de ruedas para desplazarse y las instalaciones no están lo suficientemente adaptadas. Además, indicaban que debiera haber como mínimo un bungalow adaptado y actividades para personas con dificultades de movilidad.

A ésta se añadió una segunda queja, que llegó a través del mismo correo electrónico el 7 de septiembre de 2022, con el mismo texto que la anterior, haciendo referencia al mismo grupo que canceló la reserva. No hay constancia de quejas anteriores. En respuesta a esas quejas, la Diputación señala que la isla de Zuhatza se encuentra en un entorno natural cuyas barreras son características de la propia naturaleza. A pesar de ello, el albergue cuenta con adaptaciones a personas con movilidad reducida.

Detalla el informe que todas las cabañas tienen suficiente anchura como para acceder en silla de ruedas. Las literas se pueden mover para poder adaptar los dormitorios a las necesidades de cada grupo, al comedor se puede acceder en silla de ruedas por la rampa habilitada para tal fin y existen varias opciones para sentarse a la mesa con una silla de ruedas. Asimismo, se destaca que los baños de la parte inferior de la isla están adaptados y cuando un grupo avisa de la presencia de una persona con movilidad reducida, se le asigna el campamento número 1 el cual se encuentra más cerca de los baños adaptados y del comedor.

En cuanto a las actividades, los especialistas deportivos siempre ayudan a todas las personas, aun así, es imprescindible que vayan acompañadas de alguna persona de su grupo que les ayude. En función del grado de movilidad de la persona en silla de ruedas, normalmente se le suele ofrecer actividades de remo, pedalones, vela y frontón.

En conclusión, la institución foral afirma que durante años han participado en las actividades y disfrutado del albergue de Zuhatza grupos con diversidad funcional, no siendo un problema la movilidad en un entorno, que es natural y que “hemos adaptado en la medida en la que la propia naturaleza lo permite. Con la ayuda del personal se intenta hacer una estancia agradable a todas las personas que se alojan”.