La Diputación Foral de Álava va a reforzar el control sobre los 233 recursos sociales de su competencia, centros para personas mayores, con discapacidad, menores de edad, víctimas de violencia machista o en situación de exclusión social, tanto de titularidad foral como privada.

Según ha detallado este lunes el responsable de Políticas Sociales, Emilio Sola, la institución aspira de esta forma a "dar un paso más allá" en las labores de inspección que habitualmente realiza y otorgarles "una mirada más amplia".

La Diputación, en concreto, introducirá "elementos diferenciadores de calidad" y no solo revisará las condiciones materiales, funcionales o de personal y el cumplimiento de la normativa en los centros, sino que velará "por el respeto a la dignidad y los derechos de las personas usuarias".

Algunas novedades

Para lograrlo, el ente foral va a ampliar la plantilla de inspección incorporando, por ejemplo, una nueva figura al equipo con perfil de personal de enfermería.

Además, dará un mayor peso en su actividad de control en los servicios a la formación en geriatría, a la continuidad y estabilidad en el empleo o a las actividades diferenciadas según el perfil de los residentes.

Sola ha avanzando también que la mayoría de las inspecciones se realizarán sin preaviso, que las habrá en horarios poco habituales -incluso de madrugada- y que se interactuará más con las personas usuarias y profesionales.

Este nuevo Plan de Inspección de servicios sociales, que tendrá una vigencia de dos años, contempla al menos una visita anual en el caso de los centros residenciales y centros de día para personas mayores y mujeres maltratadas, mientras que las inspecciones serán un mínimo de dos al año en los centros para menores de edad.