Hosanna Parra, presidente del Colegio de Enfermería de Álava, reconoce que su colectivo se encuentra “cansado y quemado” tras dos años largos de pandemia en los que ha jugado un papel indispensable para proteger la salud de la población. Y no siempre con todos los medios necesarios, sobre todo en los compases iniciales de la crisis sanitaria.
“Luego las condiciones mejoraron, pero esta pandemia ha sido muy dura para la gente que ha estado trabajando en primera fila. Y las profesionales no se sienten ni reconocidas, ni apoyadas. Dos años son muy largos”, lamenta la presidenta.
Parra reivindica precisamente en este Día Internacional “que se reconozca el trabajo” que el colectivo ha llevado y sigue llevando a cabo en condiciones tan complicadas y, además, con otros “palos en las ruedas”, como que la Enfermería no pueda optar a puestos de la Administración que otros grados sanitarios sí pueden alcanzar.
“Hemos peleado mucho por ser grado y por eso hay que pedir que nos reconozcan como tal y dejen de poner trabas. Hoy en día, la Enfermería no puede aspirar a un A1 en ningún sitio. Lo máximo a lo que podemos aspirar es a un A2. Por ejemplo, el Gobierno Vasco ha sacado plazas para Salud Pública y pueden aspirar a ellas veterinarios, biólogos, psicólogos... ¿por qué las enfermeras no?”, se pregunta Parra.