Entre las nueve y las nueve y media de la mañana los supermercados de Vitoria han abierto sus puertas este lunes, y sus trabajadores no daban crédito a lo que veían: una auténtica avalancha de clientes que han entrado desde primera hora para llenar carros de la compra. "Me recuerda al confinamiento", decía una cajera de un supermercado de la calle Simón de Anda a las nueve y media.
Ni dependientes ni reponedores entendían por qué tanta gente se había agolpado a primera hora de la mañana para llenar carros de la compra, sin una explicación aparante.
El miedo irracional a un posible desabastecimiento por la guerra en Ucrania y la huelga de transportes que este lunes comenzaba son dos de las razones que manejan los establecimientos para poder explicar estas compras compulsivas que se han producido hoy en Vitoria.
Cientos de clientes dejaban estanterías vacías en los supermercados de la capital alavesa, y no solo en el pasillo del aceite de girasol, porque la gente ha acudido en masa a comprar y a hacer acopio de todo lo que podía.
Punto problemático, el pasillo del aceite
El pasillo del aceite sigue siendo una de las zonas que más gente acumula desde que los supermercados abren sus puertas a las nueve. La invasión de Rusia a Ucrania ha provocado que muchos clientes estén haciendo compras compulsivas de este producto.
La guerra de Ucrania ya ha empezado a notarse en tiendas y supermercados de Álava, y en el bolsillo de los consumidores. Y es que Ucrania es uno de los principales exportadores de cereales, como el trigo y el maíz, y de aceite de girasol.
Sólo los consumidores más madrugadores son los que logran hacerse con este producto, que muy pronto vamos a empezar a considerarlo un artículo de lujo por los precios que está alcanzando, superando en muchos casos los 2,60 euros por litro.
Ante esta situación, los supermercados mantienen el racionamiento a la hora de adquirir aceite de girasol, y limitan el número de botellas por persona.
Seguimiento minoritario
La huelga del transporte apenas se ha hecho notar en Vitoria, con la mayoría de las empresas de los polígonos trabajando con normalidad, y sin problemas de distribución para las cadenas de alimentación.
Ante esta situación insólita, los supermercados llaman a la calma y niegan problemas de desabastecimiento. Aseguran que es un miedo infundado que está siendo extendido por mensajes falsos y bulos en redes sociales.