La escasez de personal cualificado ha empujado a la hostelería alavesa a pensar en posibles soluciones para, en la medida de lo posible, paliar el problema. Se trata por el momento solo de ideas, pero no por ello dejan de ser interesantes. Elena Martín, presidenta de SEA Hostelería, pone énfasis por ejemplo en el ámbito formativo, pero más allá de todos esos buenos conocimientos que los profesiones adquieren en escuelas como las de Gamarra o Mendizorroza.

“No lo hemos planteado oficialmente, pero sí hemos pensado en poner en marcha no tanto una escuela de formación sino algún tipo de iniciativa formativa en colaboración con el ámbito profesional, por ejemplo con el sector del vino”, subraya Martín. Se trata, no en vano, de una de las múltiples “puertas” que la restauración abre en un territorio tan vinícola como Álava. “Entre todos deberíamos generar esa inquietud, porque es un sector con salidas, que tiene buenas condiciones y en el que los buenos profesionales están muy bien valorados”, describe la presidenta de la patronal.

Edurne Hidalgo, portavoz de la asociación hostelera HVA-GAO, apunta por ejemplo a la posibilidad de crear registros de oferta y demanda laborales como los que ya existen en otros sectores, especialmente en la administración pública, para facilitar las contrataciones. “Como asociación nos gustaría trabajar un poco este tema. Quizá hablando con las escuelas, con Lanbide y crear una bolsa de empleo para gente que quiera trabajar en hostelería, porque hace falta”, remarca Hidalgo.

Tanto Martín, Hidalgo como Rodolfo Villate, director de Egibide-Mendizorroza, alaban las virtudes de un sector dónde, según este último, hay “trabajo garantizado” y multitud de oportunidades profesionales. Sin embargo, el formador tampoco es ajeno a distintos factores que pueden explicar la carencia de profesionales cualificados.

La hostelería es, en sus palabras, un sector “con mucho intrusismo” y una especialidad “dura”, con jornadas laborales en muchas ocasiones “más largas de lo normal y en horarios diferentes a los del resto de la sociedad”. Además, “es un sector en el que hay que cuidar bien el cumplimiento de los convenios así como de los contratos donde se contemplan en ocasiones menos horas de las que luego se llegan a realizar”.

“La gente cada vez busca más otros aspectos; además del trabajo, disponer de espacio para su desarrollo personal y el tiempo de ocio. Por ello, para dar la vuelta a la situación, muchas empresas están haciendo calendarios más imaginativos” para poder compaginar la vida personal y laboral, apunta Villate.