Si todo lo bueno comienza con un poco de miedo, preparar una gestación en tiempos de pandemia añade una dosis extra de incertidumbre. Nagore, Nerea, Ana, María, Miriam, Maider, Tania y Olaia son solo ocho nombres, ocho mujeres gasteiztarras, que han tomado la firme decisión de ser madres pese a la pandemia y con dosis mayores de prudencia aseguran a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA "que la vida debe continuar" también en tiempos de covid.
Nerea Martínez fue madre por primera vez en pleno confinamiento en 2020. La pandemia del coronavirus la sorprendió embarazada de su primera hija y recuerda la experiencia de dar a luz con la mascarilla puesta como anecdótica. Vivió el final del embarazo y los primeros meses de su hija prácticamente confinada, sin visitas, y pese a la incertidumbre de esos momentos en una experiencia única, supo sacar su lado bueno. Tanto así que, pese al aumento de contagios y las interminables olas de covid, no ha dudado en ampliar la familia.
Con 24 semanas de embarazo espera con ansias e ilusión la llegada de su segunda hija: "Es cierto que durante un embarazo se pueden vivir momentos de incertidumbre, o experimentar muchas emociones, pero la vida debe continuar", opina. Su valoración va de la mano con su anterior experiencia vivida. "Pese a la situación que se vivía en los hospitales cuando yo di a luz, me trataron estupendamente, la atención que recibí por parte de Osakidetza fue increíble. ¡Pensé que me quería quedar a vivir allí para que me ayudarán con los primeros días de mi hija!", bromea. En esta segunda experiencia asegura que no pedirá la alta voluntaria tras el nacimiento de la niña.
Según el protocolo actual que maneja el Departamento de Salud del Gobierno Vasco, las mujeres embarazadas pueden asistir en compañía tanto a las revisiones como al parto. Lo deben hacer, no obstante, con una única persona como acompañante y con la mascarilla continuamente puesta. Durante las ecografías de revisión que se realizan, según explica Nerea, también puede entrar junto con su pareja. "Las medidas y restricciones frente al covid no son mucho más estrictas para nosotras por estar embarazadas. La tensión que se vive por la situación la vive toda la sociedad, no solo nosotras; para nosotras es un añadido más", asegura.
Su opinión es muy similar a la de su compañera de deporte Nagore Calvo. Embarazada de 28 semanas espera la llegada de su primera hija con mimo y con una ilusión que deja en evidencia en su rostro, incluso con la mascarilla puesta. Sanitaria de profesión, se vio obligada a coger la baja debido a los vómitos continuados y a las náuseas que sufría desde el inicio de la gestación. Actualmente, hace una vida tranquila, enfocada a llevar a buen término su embarazo y le gusta practicar deporte.
Ambas se preparan en el club deportivo Zuzenak (calle Gabriel Celaya 15) donde acuden frecuentemente para llevar a cabo distintas actividades deportivas adaptadas al nivel de las embarazadas. Desde el inicio de su gestación tuvieron claro que ni la pandemia las iba a parar y por eso decidieron apuntarse y dar su nombre en estas instalaciones: "Acudir aquí nos ayuda mucho, son clases super bien adaptadas y todas las medidas de prevención contra el coronavirus se cumplen a la perfección. De hecho, las clases están muy ventiladas, todas estamos con la mascarilla puesta todo el rato, hacemos deporte en el exterior también... yo no dude ni un momento en apuntarme", asegura Nerea. Tampoco han dudado ninguna de las dos en apuntarse a las clases de preparación al parto. "Estamos actuando con total normalidad, solo añadimos la prudencia en nuestro día a día, nos privamos de estar más tiempo en sociedad, pero esto es lo mínimo", aseguran.
María Otero tampoco dudó en dar su nombre en el centro deportivo Zuzenak. También es madre de un niño de dos años, nacido también tras el confinamiento. "El covid ha traído también tiempo de calma y pausa a las vidas. Ya no se puede viajar con la misma intensidad que antes, ni relacionarse socialmente como antes, así que creo que es buen momento para la maternidad. Aprovecho esta calma para dedicarme a la crianza de mis hijos y cuando todo esto pase viviremos los cuatro viajando por el mundo", dice bromeando.
En su día a día María intenta volver a la normalidad en la medida de lo posible. Y aunque se protege para no infectarse, confiesa que intenta no poner su atención en eso. De hecho, lleva a su hijo a la haurreskola -"este invierno he pillado de todo; trancazo, resfriado, gastroenteritis..."- pero confiesa que las relaciones de su hijo le pesan más que un posible contagio: "No pueden hacer todas las actividades y relacionarse socialmente como podrían si no existiera el covid, al menos, tiene que tener el derecho de relacionarse un poco acudiendo a la haurreskola, es lo mínimo, así que yo intento protegerme, sí, pero hasta su justa medida", dice.
Detrás de la relajación que sienten actualmente las embarazadas también está la confianza que les ha blindado la inmunidad que ofrece la vacunación contra el covid. Todas ellas, compañeras deportivas, aseguran estar vacunadas contra este virus. Con algunas dudas algunas de ellas, con miedo otras, y muy seguras el resto, pero todas decidieron poner su brazo no solo para proteger sus vidas, sino también las de sus futuros hijos: "Mi hijo saldrá super inmunizado, me he puesto hasta la tercera dosis de recuerdo y eso que soy una chica súper aprensiva y me daba un poco de impresión. Pero dejé esas dudas para un lado y me mentalicé que, si pillo el covid, mejor estar bien vacunada para pasarlo de la manera más leve posible", dice Ana Romero, embarazada de 28 semanas.
Ana Romero será en unos meses madre primera y su inquietud y miedo no está en el covid, sino en llevar el embarazo de la mejor manera posible. "Mi marido se contagió en diciembre y yo no. No tengo ese miedo, creo que estamos muy protegidos frente a ello y que hago todo lo que está a mi alcance para protegerme", asegura.
En el caso de Tania fue la edad la que le animó a no esperar más. Con 35 años consideró que había llegado su momento de experimentar la maternidad. "Si me pongo a esperar a que pase el covid, igual me quedo sin hijos. Así que no me lo pensé dos veces, y me he animado con ello", dice. Una opinión muy similar a la de Olaia, embarazada de 18 semanas. "El covid es un miedo más a todos los que ya tenemos, pero no debe ser el que nos frene a ello", concluye.