"La vida de San Prudencio es el ejemplo más cercano que los alaveses tenemos para reconciliar los ánimos enemistados y para que vivamos una verdadera y perpetua concordia". Así han sido las primeras palabras del obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, durante su reflexión en la misa pontifical por esta solemnidad que se celebra tradicionalmente este día en el románico templo de Armentia.
A ella han acudido medio centenar de ciudadanos en representación de la sociedad -cumpliendo el aforo máximo permitido y guardando las distancias interpersonales- así como la junta directiva de la Cofradía de Amigos de San Prudencio y las principales instituciones del territorio entre quienes se encontraban el diputado general de Álava,
Ramiro González, y su teniente de diputado general, Pilar García de Salazar; el presidente de las Juntas Generales, Pedro Elosegi; el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran; y el subdelegado del Gobierno en la provincia, Carlos Zapatero y el presidente de la Junta Administrativa de Armentia, Prudencio López de Uralde.
Más representación
Además han estado presentes también Jon Urresti en representación de la Fundación Vital y la pregonera de este año, la guionista y cineasta Maite Ruiz de Austri. Junto al obispo han concelebrado el vicario general de la Diócesis, Carlos García Llata, y el párroco de Armentia, Josetxu Apellániz.
Este 28 de abril, aún especial por la situación que vivimos y tras la insólita celebración del año pasado donde por primera vez se retransmitió únicamente por medios digitales al estar aún el grueso de la población confinada en sus casas, ha contado con esta misa y tres más a lo largo del día además de estar abierta la basílica durante toda la jornada
para poder saludar y orar junto al santo patrón de Álava, siempre controlando el cumplimiento de las medidas sanitarias vigentes.
También se ha emitido señal en directo por varios canales para las personas enfermas, ancianas o impedidas. El obispo de Vitoria ha centrado su homilía en poner la vida de San Prudencio como ejemplo para "trabajar por una cultura del encuentro donde verdaderamente nos podamos ver y tratar como hermanos".
Evitar el ejemplo madrileño
Apoyándose en reflexiones actuales del Papa Francisco con su última encíclica Fratelli Tutti firmada en octubre del año pasado, monseñor Elizalde ha puesto como contexto la campaña electoral de la Comunidad de Madrid donde "entre tanta crispación social y política, el carisma de San Prudencio nos viene de maravilla, al igual que el del Papa Francisco con esta encíclica donde nos guía a edificar nuestras bases sobre la fraternidad social y la amistad".
Ha recordado "el cuidado amoroso de Dios por toda la humanidad como el del pastor que cuida de sus ovejas" y ha apelado a que para acercar esa cultura del encuentro, "aquí, en nuestra tierra debemos apostar por la dignidad sagrada e inviolable de toda persona como el suelo nutricio de donde brotan todos los derechos y deberes de cada ciudadano".
Para el obispo de Vitoria, "uno de los problemas más grandes que merman esta necesidad de encontrarnos para convivir es la falta de diálogo" algo que "nos aleja del bien común y solo impone una única forma de pensar". Recordando las palabras de Francisco en su encíclica, "el diálogo social auténtico presupone la capacidad de respetar el punto de vista del otro, aceptando la posibilidad de que contenga convicciones o intereses legítimos" y ha asegurado que él también trata de "aplicarlo también dentro la Diócesis para dar espacio a todos los carismas y sensibilidades presentes en ella" ya ha usado la figura del poliedro donde "todos sumamos".
"Evitar fanatismos"
Elizalde ha apelado a los responsables públicos presentes a "evitar fanatismos, cerrazones y divisiones sociales y culturales" y les ha animado a "dar espacio a las distintas voces que conforman nuestra sociedad" evitando una "uniformidad que solo genere asfixia y nos empequeñezca culturalmente".
"Ante las creencias más profundas de la gente que envuelven una forma de vida específica -ha dicho- tenemos que
encontrarnos, buscar la manera de entablar contacto y de tender puentes antes que derribar". El obispo de Vitoria ha recordado que "nuestra tierra acoge muchas culturas y apuesta por un futuro que integre diferencias en una riqueza mayor, para lo que se exige actitudes nobles".
"Necesitamos llegar a un pacto que respete y asuma las diferentes maneras de ver e interpretar el mundo que conviven en nuestra sociedad". De nuevo se ha apoyado en la encíclica del actual Papa para animar a dar pasos en este sentido "tratando bien a los demás, siendo amables, sonriendo, estimulando, buscando consensos e incluso diciendo más a menudo expresiones como por favor, lo siento o gracias".
Reflexión final
En su reflexión ha recordado que "sin la cultura del encuentro, la verdadera paz peligra" y ha alertado que "donde no hay entendimiento entre culturas, no hay paz". Ha finalizado sus palabras animando a trabajar por la cultura del encuentro con nuestra propia experiencia ya que "nuestra tierra reconciliada puede ser fuente de reconciliación".
Durante la oración de los fieles, se ha tenido presente a todas las personas fallecidas durante estos últimos meses por la pandemia así como a los enfermos, sanitarios e investigadores que están luchado contra este virus.