Los bares y restaurantes de Álava han visto desde hoy cómo el cerco a su sector se ha estrechado más en esta pandemia, puesto que este miércoles, tras la entrada en zona roja de todo el territorio histórico, ha entrado en vigor una nueva limitación horaria, por la que se prohíbe consumir en el interior de sus locales, salvo en horario de desayunos, de 6.30 a 9.30 horas, y comidas, entre las 13.00 horas y las 16.30 horas. De esa manera, fuera de estas horas solo se puede estar en terraza.

A juicio de los establecimientos consultados por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, estas nuevas restricciones son "una vuelta de tuerca" contra la hostelería, porque se suman a otras impuestas, como las de cerrar a las ocho de la tarde o tener un 50% de aforo.

Por ello, asociaciones como SEA Hostelería anuncian que llevarán la "absurda" nueva limitación al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), sumándose así a la demanda de las asociaciones de Bizkaia y Gipuzkoa, "ya que se culpabiliza de todo" al sector, "cuando no es así".

Aparte, saldrán a las calles de la capital alavesa este sábado, a las 19.00 horas desde la plaza Bilbao hasta la Virgen Blanca bajo el lema Vuestra incompetencia, nuestra ruina.

"Esto lo que hace es dar la puntilla a muchos locales de hostelería, ya que ésta está supeditada normalmente a terraza y hay que tener en cuenta que más del 40% de los locales hosteleros de Gasteiz no tiene terraza y el 30% tiene menos de cuatro mesas. Por tanto, no es rentable abrir un local de hostelería ahora mismo", denuncia Karlos Sobrón, portavoz de SOS Ostalariza desde su restaurante Amboto, de la calle Cuchillería.

Recurrirán las nuevas medidas

Es por ello que la hostelería alavesa ha decidido también recurrir ante el TSJPV el endurecimiento de las medidas al sector. "No entendemos cómo se saca una triquiñuela jurídica de la chistera y habiendo un fallo, que aunque sea cautelar del TSJPV, lo que dice es que la hostelería no está directamente relacionada con los contagios. Eso creo que está más que demostrada y se ha visto en esta última época, cuando se ha abierto el cierre perimetral de toda la CAV, y han vuelto a subir los contagios de forma exponencial y volvemos a cargar contra la hostelería sacándonos un conejo de la chistera", censura Sobrón.

Un claro ejemplo de ello, a su juicio, es lo que ocurre en países como Francia y Alemania, "los cuales teniendo la hostelería cerrada a cal y canto, siguen teniendo muchos contagios". Si bien, como destaca, a ellos sí que les han indemnizado por bajar sus persianas de forma forzada, "por eso su hostelería no está echándose a la calle".

Algo que precisamente es lo que harán este mismo sábado la hostelería alavesa, con una manifestación que convocan las cinco asociaciones, tras haber hecho piña entre ellas. "Creemos que es la única manera de que se nos oiga, así que animamos a todos a acudir porque hay muchos puestos en juego y no solo de hostelería directa", agrega.

También harán acciones conjuntas a nivel institucional. "Iremos al Ayuntamiento y a la Diputación con un paquete de medidas y volveremos al Gobierno Vasco", avanza Sobrón.

Afecciones

En su restaurante Amboto las nuevas medidas le han supuesto "restringir mucho" la manera de dar el menú del día, suprimiendo turnos. "Al final, lo que implica es que a las 16.30 horas el interior del local tiene que estar desalojado. He hablado con cuatro o cinco locales y no van a abrir porque no les salen las cuentas", detalla con pesar.

Y es que, como insiste, los locales pequeños son el grueso de la hostelería. "Entonces, es matarnos con estas nuevas medidas. Es mandarnos al matadero directamente y sin ninguna justificación, cuando vemos que desde Francia vienen al Estado español un montón de franceses. No entendemos cómo aquí no se hacen otro tipo de medidas, como restringir el aforo de los centros comerciales o de los autobuses, que encima es mucho más fácil hacerlo que en un local.

El portavoz de SOS Ostalaritza subraya que los bares y restaurantes "siempre hemos sido responsables, antes incluso de que estallase el estado de alarma. El 13 de marzo cerramos todos en esta calle, incluso no hemos abierto un sábado cuando la señora Sagardui nos dejó hacerlo. Que alguien me explique qué es lo se supone que iba a pasar ese sábado después de 35 días cerrados... Estaba claro que la gente iba a salir a tope".

En definitiva, la palabra responsabilidad, como resalta, "nosotros, la tenemos más que interiorizada, asumida y tenemos una conciencia que a muchos políticos les gustaría tenerla". Pese a ello, la hostelería anda, "con una presión, que es inaguantable. Estamos hasta los cojones".