- La ermita del Buen Suceso de Orduña, en Bizkaia, tenía que haber sido testigo ayer del inicio de la peregrinación que las poblaciones de las cuatro aldeas alavesas del valle de Arrastaria (Aloria, Delika, Tertanga y Artomaña, adscritas hoy día al municipio de Amurrio) realizan cada año y desde hace 381 años al santuario de La Antigua, a fin de renovar el voto de fidelidad con su patrona. La tradicional estampa de los pendones carmesíes ondeando al viento, junto con las cruces de plata tallada que representan a cada uno de los cuatro pueblos, no tuvo lugar a consecuencia de la covid-19.
Sin embargo, en el interior de las paredes del templo vizcaíno sí volvió a leerse el ancestral juramento, tras cumplirse con el no menos añejo ritual del encendido de un cirio en el que podía leerse inscrita la leyenda Arrastaria haranak gure amari 1639-2020/ el valle de Arrastaria a nuestra madre 1639-2020.
"Este 9 de mayo nos ha tocado la alarma sanitaria y, aún dentro del confinamiento, los cuatro alcaldes nos hemos comunicado y, de común acuerdo, hemos venido al santuario a renovar el voto secular de Arrastaria con nuestra patrona. También nos acompaña un representante del Ayuntamiento de Amurrio", explicó a la cámara Sebastián Apodaka de Aloria, la Junta Administrativa a la que le tocaba este año hacer los honores, secundado en el altar, cumpliendo con las distancias de seguridad estipuladas, por los representantes de Artomaña, Delika y Tertanga; así como por el teniente alcalde de Amurrio, Txerra Molinuevo, y el párroco de Orduña, que dirigió el acto, grabado y compartido en redes sociales para que todos los vecinos.
En este sentido, a la salida del templo tampoco pudo llevarse a cabo la tradicional danza de las Entradillas, ni el lanzamiento de caramelos y monedas a los dantzaris por parte de las autoridades, ni la comida en fraternidad o los consabidos discursos en La Posada. Con todo, jóvenes de las cuatro aldeas quedaron entre ellos, se pusieron sus mejores galas y se grabaron, cada uno en su aldea, bailando la no menos ancestral danza. El vídeo resultante también fue subido a las redes sociales para disfrute de las poblaciones de Arrastaria, Amurrio y Orduña.
Esta fiesta es un recordatorio a la historia de los vínculos entre el valle de Arrastaria y Orduña hasta finales del siglo XIV, en épocas del conde de Ayala y su señorío, pero fue el 15 de mayo de 1639 cuando los cuatro pueblos de Arrastaria hicieron también suya como patrona a la Virgen de la Antigua, fijando la fecha del 9 de mayo, día de San Gregorio, como cita anual con la virgen, aunque aquel primer año subieron en procesión hasta el santuario de la Antigua el 22 del mismo mes.
Desde entonces, cada 9 de mayo, Aloria, Artomaña, Delika y Tertanga rememoran juntos este acto ritual con el que hacen latente ante el santuario de su patrona, sito en un bello paraje natural a los pies del Txarlazo de la Sierra Salvada, su fidelidad y sintonía con las raíces, tradiciones y cultura de su tierra, haciendo caso omiso a los lindes territoriales entre Álava y Bizkaia. Generación tras generación de vecinos y vecinas de Arrastaria muestran así ser fieles sucesores de aquellos habitantes que en 1639 juraron fidelidad a la Virgen de la Antigua. La de 2020, pese a una pandemia mundial, no iba a ser menos.
La Virgen de la Antigua fue coronada Señora de la ciudad de Orduña el 2 de septiembre de 1945. Este año se conmemora el 75 aniversario de dicha coronación y un grupo de vecinos de Orduña, Arrastaria y Saratxo, que también la tiene como patrona desde el siglo XVIII, están trabajando en la organización de actos conmemorativos, cuya celebración está en el aire a esperas de la evolución de la actual situación de crisis sanitaria.
Esta fiesta es un recordatorio de los vínculos entre el valle de Arrastaria y Orduña hasta finales del siglo XIV