Musitu - En su empeño por poner en valor los enormes tesoros naturales, históricos y patrimoniales que hay en Arraia-Maeztu, el alcalde, Anartz Gorrotxategi, ha dado por completada una obra singular que encantará a quienes disfrutan con las vistas de los grandes espacios preservados como siempre han sido.
No es una gran infraestructura, pero si un espacio integrado en el paisaje que se ha convertido en el mirador de Igoroin. El lugar se encuentra en el cuadrante suroccidental de Álava, bajo los montes de Iturrieta, cerca de Maeztu. Forma parte de la localidad de Musitu, en el concejo del Real Valle de Laminoria. La obra ha sido posible gracias a la colaboración económica de la Diputación Foral de Álava.
El impresionante barranco que se divisa tiene dos puntos de partida para llegar a él: bien desde Musitu, que es donde se ha instalado el mirador, o desde Roitegi.
La labor desarrollada por el Ayuntamiento ha consistido en la colocación de una barandilla de protección y seguridad, que se recomienda no escalar, así como una pequeña zona de aparcamiento para dos o tres vehículos a un margen de la carretera. Como era de esperar, el proyecto de obra no se ha olvidado de la gran cantidad de ciclistas que pasan por allí, ya que a unos 200 metros de distancia está el trazado de la Vía Verde. Para ellos se ha colocado un aparcabicis, con el fin de que puedan dejarlas cómodamente.
Y para que el disfrute del paisaje sea pleno, en el mirador hay una mesa con un gran panel informativo e interpretativo. Gracias a ello, los visitantes pueden descubrir y ubicar casi todo lo que esconde Igoroin, o al menos percibir la forma de llegar hasta esos tesoros: el despoblado de Igoroin, que da nombre a la zona y, aunque se desconoce cuando se habitó por última vez, sí se conservan datos del pueblo hasta el siglo XVI. También se aprecian los antiguos molinos de Igoroin, de Santa Pía y otros, alimentados por el río que esconde bellas cascadas naturales, calificadas como una de las mejores 20 de Álava. O los restos de la iglesia de San Martín o incluso los de la abadía de Santa Pía. Y junto a ese patrimonio histórico, el natural, porque desde el mirador se puede ver la gran variedad de árboles. De hecho, Igoroin es una de las mejores reservas naturales de la comunidad vasca, con más de 50 especies autóctonas de árboles y arbustos.