labraza - Organizado por la asociación Alepo SRC y la colaboración de la Junta Administrativa de Labraza, la Diputación y el Ayuntamiento de Oion, ayer, por vez primera, tuvo lugar la tradicional fiesta del Fuero que se celebra cada cinco años (la anterior con motivo del 820 aniversario). Y se llevó a cabo con letras mayúsculas, ya que el verdadero protagonista de la jornada fue el fuero auténtico, rescatado de una casa de subastas a finales del año pasado, y que se trasladó a Labraza para ser mostrado a la ciudadanía, aunque luego regresó a Vitoria.

Por eso, en esta ocasión, la fiesta se llamó Día del Fuero y comenzó al mediodía con la presentación a los vecinos del pergamino original en un acto que se desarrolló en el interior de la iglesia. Allí se reunió un gran número de personas para conocer de primera mano cómo se gestionó la compra y para tener la posibilidad de contar con una copia y un ejemplar de un estudio realizado por el profesor de la UPV Ernesto García y la transcripción de Félix López. A continuación, los asistentes se dirigieron hasta el monolito y allí se efectuó un brindis colectivo, que culminó con la actuación de la txaranga Akelarre y un aperitivo. La fiesta se prolongó con una comida popular a base de rancho ofrecida en el polideportivo, una sobremesa animada por un mariachi y un juego del Grand Prix por equipos.

Un documento perdido El fuero de Labraza es un texto de gran importancia dentro de la historia medieval de Euskadi y fue concedido a San Cristóbal de Labraza, que así se llamaba la localidad en ese época, por el rey navarro Sancho VII el Fuerte en 1196. El texto está escrito en latín y en el mismo destaca el símbolo de este monarca: un águila negra en el centro de la parte inferior y un crismón en el vértice superior izquierdo. La norma regula, entre otros elementos, la convivencia entre los pobladores de la nueva villa; además, el texto recoge los derechos y deberes de los mismos, partiendo de sus buenos usos y costumbres. Así lo expresa desde el comienzo este documento: “En nombre de nuestro Señor Jesucristo. Yo Sancho, por la gracia de Dios Rey de los pamploneses, hago esta carta para todos mis pobladores de San Cristóbal de Labraza, tanto presentes como futuros, de manera que decretamos daros buenos fueros y buenas costumbres...”

Fue el Gobierno Vasco, en colaboración con la Diputación, quien adquirió este documento. La compra del pergamino, probablemente una copia del siglo XIII, se realizó el 19 de diciembre de 2018 en una casa de subastas de Madrid, Alcalá Subastas por 9.325 euros. El bien salió a subasta por 7.500 euros, y el precio final fue desembolsado por el Gobierno Vasco, quien lo entregó para su custodia al archivo histórico de Euskadi. La persona que hizo la gestión en Madrid fue su director, Borja Aginagalde.

El documento desapareció de Labraza en una fecha indeterminada del siglo XX, pero fue localizado en esa casa de subastas de Madrid gracias a la labor de varias personas amantes de la historia y residentes en Rioja Alavesa: el presidente del concejo de Labraza, Juan Manuel Martínez; la archivera del Ayuntamiento de Oion, Alicia Marín Perez; el etnógrafo José Ángel Chasco, y el historiador Pedro Uribarrena. Fue Marín quien tuvo conocimiento de la venta del pergamino a través de una persona de la casa de subastas. Este documento es uno de los más antiguos que se conocen en relación al poblamiento del País Vasco en la época medieval, de manera que recuperarlo ha sido una aportación inestimable al patrimonio documental de Euskadi.