Miranda - AB Azucarera de Miranda tuvo que escuchar ayer jueves a los agricultores que suministran la remolacha con los que la empresa, de manera unilateral, ha decidido romper el acuerdo marco que regula sus relaciones anunciando una bajada de precios cuando ya habían entregado sus cosechas.

Desde primera hora fueron llegando ayer los agricultores de todas las organizaciones agrarias, incluida la UAGA de Álava, para manifestarse, acompañados por dos enormes máquinas extractoras de remolacha y un tractor con el remolque lleno de tubérculos. Recorrieron los escasos metros que hay hasta la entrada de la empresa con banderolas en las que se leía: Si Azucarera no cumple el sector remolachero quiebra y Con acuerdo, sí hay futuro. Y en su protesta cortaron el tráfico de salida de Miranda, aunque no el de entrada.

Los agricultores afectados por la bajada de precios hicieron público un manifiesto explicando que la decisión empresarial supone incumplir el acuerdo marco firmado en 2015 hasta el año que viene. Para los perjudicados por esa decisión, no se dan circunstancias excepcionales para ello como argumenta Azucarera. El precio del azúcar del mercado internacional está al mismo nivel de los últimos treinta años y las hectáreas sembradas en la fábrica de Miranda han superado con amplitud los umbrales fijados. Recordaron que el precio que se acordó por la remolacha cubría los costes de producción y aportaba una rentabilidad suficiente como para permitir a los agricultores seguir cultivando este tubérculo, pero con el recorte impuesto por Azucarera, la continuidad del cultivo no está garantizada.

Los remolacheros reclaman la atención de la UE sobre la deriva de muchos cultivos que, una vez liberalizados, tienen que competir en mercados distorsionados. Asimismo, y ante la posibilidad de que la industria remolachera adquiera este producto fuera de las fronteras comunitarias, los productores piden que se les exijan las mismas condiciones que a ellos: respeto medioambiental, condiciones sociolaborales, investigación, calidad etc. Y, por último, avisan de que, de abandonar este cultivo, las consecuencias acarrearán la pérdida de puestos de trabajo directos e indirectos; la disminución de la actividad económica en el medio rural, el incremento de otros cultivos para sustituir la remolacha y desajustes en los mercados.

Por todas estas razones, los representantes de las organizaciones agrarias solicitan a la Azucarera de Miranda que revoque su decisión, cumpla el acuerdo suscrito hasta 2020, mantenga el cultivo en “nuestro país” y evite su desmantelamiento. Raúl Beitia, de UAGA, denunció que “no hay derecho a que después de 30 años rompan lo pactado sin contar con el sector y sin dar explicaciones”.