AMURRIO - Iván Villegas lleva en la localidad ayalesa de Amurrio ocho días en huelga de hambre que, según explicó ayer, tiene carácter de “indefinida” hasta lograr la custodia de su hijo de cuatro años, enfermo de diabetes. El huelguista desarrolla su acción de protesta en el local que regenta, donde lleva viviendo 68 días “sobreviviendo como un escombro social, ya que me vi forzado a salir de la vivienda familiar con lo puesto”, relató. Su objetivo no es otro que intentar relacionarse con su hijo “en punto de encuentro tutelado, con la asistencia que legalmente se determine por los jueces, y que esta situación no se alargue un día más”.

La lucha de este padre, de procedencia latinoamericana pero residente en España desde hace veinte años, comenzó el pasado 15 de junio, cuando su esposa presentó una denuncia contra él por presunta violencia psíquica ejercida contra ella y el hijo de ambos. Una denuncia que, según Villegas, coincidió en el tiempo que “yo decidí que no aguantaba más” el supuesto maltrato físico y psíquico al que, aseguró, estaba sometiendo la madre a su hijo, durante los últimos diez meses. Por ello, un día después, el 16 de junio presentó una denuncia contra su esposa en el Juzgado de Amurrio, por la cual la mujer, funcionaria del Ayuntamiento de esta localidad, fue sometida a un examen forense que, según el denunciante, “no superó”.

En su acción de protesta, el residente en Amurrio, de origen sudamericano, recibió ayer el respaldo de Fede García, portavoz de SOS Racismo Araba, aunque no se trata de una de las cuestiones que habitualmente defiende este colectivo. - Araceli Oiarzabal