la tierra vegetal cubre ya la parcela sobre la que se erigirá el proyecto más novedoso del joven barrio de Zabalgana, los huertos urbanos autogestionados impulsados por la asociación Zabalortu. Las obras van a buen ritmo, ya hay un vallado provisional en la parcela y ahora los responsables de Zabalortu y los técnicos municipales trabajan para definir la fórmula jurídica bajo la que se cederá el solar municipal a este colectivo, el modo de adjudicación de las parcelas, y un reglamento de uso de los huertos.

Según Juan Ibarrondo, uno de los promotores de la iniciativa, ya existe “una idea bastante definida” en el colectivo sobre cómo distribuir entre los vecinos los 4.000 metros cuadrados de terreno disponibles, pero aún quedan flecos que cerrar y sobre todo contar con el visto bueno del Ayuntamiento.

Lo que sí está claro es que la apuesta de Zabalortu es la de la autogestión. La idea es dividir la finca, ubicada en la calle peatonal que une la avenida de Iruña-Veleia y la calle Salvador Dalí, en 43 parcelas de 50 metros cuadrados que se adjudicarán, más que a personas particulares, a grupos, bien sean cuadrillas de amigos, familias o asociaciones. Además, se prevé habilitar nueve huertas más grandes, de unos cien metros cuadrados, para uso comunitario del barrio. “Queremos que Zabalortu sea un lugar de encuentro, además de una fórmula para densificar con zonas verdes un barrio con una urbanización deficiente”, señala Ibarrondo en ese sentido. En la parcela habrá dos albercas para que los usuarios tengan acceso al agua indispensable para producir sus cosechas, y un vallado para proteger los huertos.

En principio el solar estará listo para el mes de noviembre, y los promotores de Zabalortu quieren acompasar la definición del proyecto al ágil desarrollos de los trabajos. El parón veraniego ha retrasado el desarrollo de los contactos con el Ayuntamiento, que ahora se retomarán con el fin de que los huertos sean una realidad en marcha cuando regrese la primavera. El coste de la obra es de 111.615 euros, un 25% menos que el precio inicial de licitación, y corren a cargo de la empresa Yárritu.

La génesis de esta novedosa experiencia -en Olarizu o Abetxuko también hay huertos, pero no autogestionados- está en el congreso de creadores Inmersiones, que en 2011 se plantó en Zabalgana con una mulilla mecánica, roturó el terreno donde ahora se preparan los huertos y lo sembró, con el fin de trabajar el concepto de la ecocultura.

Los vecinos, algunos de los cuales ya habían dado alguna vuelta a la idea de cultivar los solares vacíos del barrio, vieron que era posible. Zabalortu surgió y comenzaron los contactos con los técnicos del Centro de Estudios Ambientales, que por cierto acogieron de muy bien grado la iniciativa, tanto que la presentaron en un congreso de ciudades sostenibles celebrado en Bruselas.

La asociación primero comprobó cuál era el estado catastral de los posibles emplazamientos para los huertos, el Ayuntamiento vitoriano les ofreció dos o tres posibilidades y en la asociación Zabalortu eligieron la que mejor se adaptaba al proyecto por su orientación y condiciones de soleamiento.