Vitoria - El tratamiento de la esquizofrenia, una de las enfermedades psiquiátricas más graves y prevalentes, acaba de encontrar un nuevo aliado. Un estudio en el que ha tomado parte el Hospital Universitario de Álava (HUA) junto a seis centros sanitarios estatales más y cinco universidades acaba de probar que los fármacos antiinflamatorios pueden ser eficaces en la lucha contra esta patología, por increíble que parezca a primera vista. Los investigadores, entre los que se encuentran la psiquiatra del HUA Ana González Pinto y Mónica Martínez-Centitabengoa, profesora de la UNED en Gasteiz e investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), han logrado detectar un proceso inflamatorio activo celular en el inicio de la esquizofrenia, lo que abre la puerta al uso de este tipo de medicación para tratarla. El HUA, una vez más, vuelve a poner de manifiesto su potencial investigador en el ámbito de la Salud Mental.

Pese a que todavía no se conocen los factores que desencadenan la esquizofrenia, uno de los principales caballos de batalla para los psiquiatras, la mayoría de los síntomas de la enfermedad sí están identificados, lo que ha servido como buen punto de partida para llegar a esta conclusión. Uno de ellos son los episodios psicóticos tempranos, sufridos por un 3 % de la población, y que según el estudio estarían desencadenados por un proceso inflamatorio activo celular. "Hemos detectado un aumento de los marcadores proinflamatorios y un descenso de los antiinflamatorios, indicativo de que en este momento concreto de la enfermedad existe un desequilibrio entre ambos", argumentó ayer la propia Martínez-Cengotitabengoa.

El equipo investigador ha llegado a esta reveladora conclusión tras estudiar los linfocitos de 117 pacientes con este brote de psicosis inicial ingresados en diferentes hospitales. Al comparar estas células clave para el funcionamiento del sistema inmune con las de 106 personas sanas, los resultados saltaron a la vista. La prostaglandina 15dPGJ, un regulador de la respuesta antiinflamatoria, se detectó en niveles más bajos en pacientes con esquizofrenia.

La investigación, que se ha estudiado la evolución de los pacientes durante los seis meses posteriores al primer episodio psicótico, ha demostrado que desde el inicio de la enfermedad aparecen disminuidos los niveles de esta sustancia, por lo que el siguiente paso se centrará en observar cómo evoluciona el proceso inflamatorio a lo largo del tiempo. La investigación ha sido publicada ya en la revista Schizophrenia Bulletin.