vitoria. El agua tiene mucho valor y poco precio, mientras que un diamante, nadie sabe para qué sirve, pero su coste es exagerado; por una tonelada de agua no se da ni un euro, mientras que por un diamante se llega a pagar una millonada, y nadie se asusta. Sin embargo, sin agua no hay vida. Sirva esta reflexión del gerente de Amvisa para dar cuenta de la importancia de este recurso natural. "Vitoria no podría vivir dos días sin agua", apunta Ángel Llamazares.

Aunque incolora, el agua no puede faltar en una ciudad 'green'.

Ni en una ciudad green, ni brown, ni... porque el agua es un elemento básico sin el cual no existen ciudades, ni poblaciones. Otra cosa es que con el galardón Green Capital, lo que se hace es un reconocimiento a Vitoria, a su larga trayectoria en una gestión adecuada, sería exagerado decir... brillante.

Europa así lo cree, no. De hecho fue uno de los elementos que tuvo en cuenta el jurado de European Green Capital.

Es cierto que la gestión del agua fue uno de los parámetros mejor valorados, pero no deja de ser uno más, porque una ciudad que tenga muy buena gestión del agua, pero no de otros elementos no puede ser green. Y al contrario, tampoco puedes ser capital verde europea si la gestión del agua no es manifiestamente buena. Con toda la prudencia.

'Cada gota cuenta. El desafío del agua'. Bajo este epígrafe se ha celebrado en Bruselas la semana verde europea en la que Amvisa ha expuesto su experiencia.

Sí, estuvimos Hamburgo, Murcia, Vitoria y una región italiana y, aunque muchas de las experiencias no se pueden trasladar a Vitoria, pudimos llegar a la conclusión de que hay una gran preocupación en Europa por el tema del agua.

Quizá por el aumento de la población.

No exactamente, más bien porque somos una sociedad cada vez más exigente. Disponer de agua es algo que se da por hecho y el ciudadano quiere un buen servicio. En cierta medida el agua es gratis, si una persona va al Zadorra con una garrafa de cinco litros, nadie le cobra... Pero lo importante es disponer de todo lo necesario para poner a merced de la población la cantidad de agua que necesita las veinticuatro horas del día, todos los días del año y en condiciones sanitarias adecuadas: recogerla, tratarla y después devolverla al medio natural con el menor impacto.

Aja, y esa exigencia también se da en Vitoria.

Sí. Esta ciudad no podría vivir dos días sin agua. Si hubiese, por ejemplo, un terremoto que dañase la red, el colapso sería brutal; sin embargo, el ciudadano da por hecho que cuando hay una avería es puntual que, pasado un tiempo, el servicio se va a reponer. Para una ciudad, la red de abastecimiento viene a ser como el sistema circulatorio para el cuerpo humano; debe funcionar siempre, podemos tener una heridita, pero no un colapso.

Ya, pero el ciudadano sólo sabe que abre el grifo, sale agua y a los dos meses le giran la factura -cada vez más cara, por cierto-.

Puede, no sé si hemos hecho lo suficiente para contar todo lo que hay detrás...

Pero sí para saber que la población cada día está más concienciada con el ahorro del agua.

El consumo doméstico está bajando, no espectacularmente, pero sí en torno al 1 o 2% al año, y eso es fruto de una concienciación directa, no tanto encaminada a ahorrar como a no despilfarrar. La idea que queremos transmitir desde Amvisa es que hay que utilizar el agua que se necesita, sin tirarla. Además de la concienciación, hay otro elemento importante y es que en los últimos diez años se ha construido un importante parque de viviendas nuevas en las que los elementos instalados son más eficientes, y eso ayuda.

El ciudadano ahorra, ¿se aprieta el cinturón en igual medida el Ayuntamiento?

El consumo global de la ciudad disminuye. Dos datos, en el año 1992, en plena sequía, Vitoria consumía 28 hectómetros cúbicos al año de los embalses, este año estamos en 20; Sólo durante los cuatro primeros meses del año, el gasto ha descendido un 4%.

El reto del Ayuntamiento es llegar a 110 litros por habitante y día.

Bueno, ya estábamos en 118 litros por habitante y día, luego bajó a 113 y sí, llegaremos a 110, quizá en 2013, aunque no es lo que más me preocupa, lo importante es la tendencia; me preocuparía más si a lo largo de este ejercicio el consumo fuese a más. Hay elementos sociológicos que también influyen en el comportamiento de la población, en situaciones de crisis, por ejemplo, los ciudadanos pasan más tiempo en casa y el consumo sube.

O baja. Si la situación económica de una familia es crítica, mirará el gasto con lupa.

Cierto. En situaciones de dificultad se mira más la factura, aun así, está comprobado que el consumo de agua aumenta en casos de crisis.

Varias capitales han expuesto este año en Vitoria su modelo de gestión del agua. Amvisa habrá tomado nota.

Nos gustan elementos puntuales de muchas de ellas: Pamplona, Gijón, Bilbao, La Coruña..., pero no tenemos como referente a ninguna en concreto. Sabemos que unas tienen una gestión del agua más avanzada que la nuestra, otras más seguridad en el almacenamiento, que les permite responder mejor ante situaciones de emergencia -nosotros sólo tenemos para un año-, pero no siempre son ejemplos extrapolables a Vitoria, porque depende del diseño de ciudad, si tienen mucho o poco jardín, clima más o menos seco....

Así que Vitoria sólo tiene garantizado el almacenamiento de agua para un año.

Sí, esa es la capacidad que tienen los embalses del Zadorra en condiciones normales, y no es fácil encontrar nuevas instalaciones. No cabe dudad de que estamos mucho mejor preparados que hace veinte años, pero la capacidad de los embalses es limitada: un año sin lluvias y... tendríamos lo pelos de punta, aunque es difícil imaginar una sequía de esa magnitud.

La solución sería construir otro embalse, entiendo.

Pero la ciudadanía no lo aceptaría, ni desde el punto de vista social ni medioambiental. Por eso, nuestra labor es educar a la población, para que el consumo sea menor y así tendremos más reservas, y trabajar en el plan de gestión de sequías para poder anticiparnos.

Y de sequía a inundaciones, porque cada vez que se abren las compuertas del pantano...

No. En los últimos cinco o seis años no se han producido inundaciones significativas y todos los años se han abierto las compuertas.

Pero se inundan las zonas próximas al río Zadorra.

Bueno, sobre eso abría que reflexionar mucho, ver si históricamente no hemos cometido el error de construir muy cerca de los cauces de los ríos. Aun así, las previsiones meteorológicas han mejorado mucho en diez años y Euskalmet nos avisa de los riesgos con tiempo, lo que nos permite abrir los embalses y dejar hueco. ¿Se puede dar un fenómeno meteorológico absolutamente adverso e imprevisible? Cada vez menos. El mayor peligro está en las nevadas de finales de marzo o abril, que luego van acompañadas de lluvia porque, entonces, el deshielo es muy rápido, pero sabiéndolo con cuatro días de antelación se pueden minimizar las consecuencias.

Aún no me ha dicho si el Ayuntamiento ya ha empezado a apretarse el cinturón y ahorrar agua.

El Ayuntamiento no es el que más agua gasta, el mayor consumo es doméstico. En cualquier caso, a Amvisa le gustaría que el consumo de todos fuese lo más eficiente y racional posible. No pedimos que las piscinas no tengan agua sino que utilicen lo menos posible para estar en las mejores condiciones.

Veo, una respuesta políticamente correcta.

No, se han hecho avances significativos en el consumo, incluso en el municipal, su mayor gasto es el riego de parques y jardines, y me consta que están preocupados por ello.

El riego de zonas verdes con agua potable ha sido muy criticado.

Ya, pero hay zonas de la ciudad a las que la única red que llega es la de agua potable. Otra cosa es que seamos capaces de mantener los jardines gastando menos en riego, en Amvisa estaríamos más tranquilos.

Al final, mantener una ciudad verde resulta poco sostenible. Alguna advertencia ya habrá hecho al Ayuntamiento.

Como gestor del servicio de aguas lo que tengo que plantearme es qué nivel de confort queremos tener y eso cuánto nos cuesta; de ahí la importancia de concienciar a los usuarios para que, sin disminuir su nivel de vida, gasten lo estrictamente necesario, ni una gota más.

Parece que el propio modelo de urbanismo de Vitoria, con amplias avenidas y zonas verdes, obliga a gastar más.

Pero no es Amvisa quien decide si la ciudad es más amigable o habitable con jardín o con cemento, lo que decimos es que, si se planifica con jardín, sea al menor coste; que si un ciudadano decide ducharse todos los días, no se esté quince minutos tirando agua. Amvisa informa anualmente al Ayuntamiento sobre los consumos, pero la elección de cuántos metros cuadrados de jardín hay que construir no es nuestra; bastante tenemos con gestionar el agua. Ahora bien, ¿si la ciudad fuese diferente habría menos consumo de agua?, ¿sería más sostenible? (...) Tenemos la ciudad que queremos, no podemos ser una capital muy verde con nulo gasto.

Ya. Hablemos de tuberías, ¿por qué tanta rotura?

Las tuberías de fibrocemento se rompen en todas las ciudades, no sólo en Vitoria. Hace treinta años se creía que eran la mejor solución, se pensó que iban a durar 50 o 60 años y ahora se ha visto que fallan. Cuando hace diez años empezaron a detectarse los primeros problemas en el Casco Viejo, Amvisa se planteó ir renovándolas poco a poco. A día de hoy quedarán 150 kilómetros, pero como nuestra política es no generar déficit, las vamos reparando cuando hay dinero, eso nos permite cambiar ocho o diez kilómetros al año. De hecho, el último tramo en salir a licitación son cinco kilómetros en portal de Betoño, porque es una tubería que ya ha tenido un par de averías y está a las afueras, no queríamos tener abiertas las calles del centro justo el año de la Green Capital. ¡Ojalá! podríamos cambiar más de diez kilómetros al año, pero con la situación que tenemos...

Si Amvisa es la sociedad municipal que mejor marcha.

Bueno, no es comparable la gestión de unas sociedades y otras, no es lo mismo el agua, el urbanismo o el transporte público, pero sí, es cierto que Amvisa se gestiona sin ayuda económica municipal, sin gastar más de lo que tiene, para no generar deuda. Además, si comparamos el precio que el ciudadano paga por el agua, Vitoria está entre las ciudades más baratas. Sólo con que en una familia haya una persona que fuma tres cigarros al día ya gasta más en tabaco que en agua.

No está mal tener dinero en tiempos de crisis.

Dinero no tenemos porque lo invertimos; si lo tuviésemos cambiaríamos más tuberías o contadores de lectura o habilitaríamos una página web para que el ciudadano pueda realizar todas las gestiones desde casa. Amvisa no es una entidad financiara, utiliza los recursos de los que dispone para prestar mejor servicio y para asegurarse de que, ante cualquier situación de emergencia que se pueda prever, no va a haber cortes de agua; esa es nuestra preocupación.

Tengo entendido que el Ayuntamiento pidió dinero a Amvisa para poder pagar la última extra de julio.

Amvisa no es una isla, somos un elemento más del Ayuntamiento, y con esta coyuntura económica estamos obligados a ser solidarios. Hoy, por ejemplo, me he despertado con la noticia de la previsible subida del IVA, un aumento de 2%, que a nuestros clientes les va a suponer más dinero.

Y teme que el Ayuntamiento quiera echar más veces mano del dinero de Amvisa.

No, no me preocupa, las decisiones las toma el equipo de gobierno; nos gustaría disponer de la máxima capacidad económica posible, pero somos realistas y no tendría sentido que Amvisa derrochara cuando otros lo necesitan.

Entonces, ¿qué le preocupa?

Ahora mismo, la mayor preocupación son las consecuencias de la actual situación económica, básicamente cómo mantener o mejorar la calidad del servicio que prestamos, sabiendo que no podemos afectar mucho más al bolsillo de nuestros clientes.

Piensa que la calidad del servicio puede empeorar con la crisis.

Eso es algo que tendrán que decidir los ciudadanos.

Los ciudadanos...

No soy capaz de vaticinar si la crisis va a permitir mantener todos los servicios que tenemos actualmente, en cualquier caso nuestra gestión tiene que ir acompasada la del resto. En estos momentos, no alcanzo a ver si dentro de veinticinco años el nivel de vida será mejor o peor en Vitoria... Desde nuestro punto de vista, como sociedad gestora del servicio de aguas, por supuesto que nos gustaría mejorar un poquito cada año.