Vitoria. La muralla de Vitoria no fue, como en otras ciudades, destruida. Quedó olvidada. Engullida por los patios traseros de las manzanas del Casco Medieval, oculta por solares degradados. Como una princesa de ficción, quedó sumida en un profundo sueño durante siglos, hasta que la ciudad se decidió a despertarla, a iniciar su proyecto de recuperación. Un estudio cofinanciado por el Ayuntamiento y el Departamento vasco de Cultura permitió investigar el fortín en profundidad y darle forma a un primer tramo, entre el cantón de las Carnicerías y el de la Soledad. Gracias a esa actuación, ejecutada entre 2006 y 2008, ahora los gasteiztarras pueden adentrarse en el paso de Ronda desde Fray Zacarías Martínez y contemplar a través de un sistema de pasarelas, sobre un gran paseo ajardinado de 7.200 metros cuadrados, 300 metros de piedra recuperada delimitados por dos grandes torreones. El esfuerzo fue grande y ha sido recompensado: Vitoria acaba de recibir el prestigioso premio de recuperación del patrimonio cultural Europa Nostra. Un galardón que anima a continuar con el guión del cuento. Ahora, desde el cantón de la Soledad hasta la plaza del Machete, a través de dos nuevos capítulos que ya están perfilados. Y uno de ellos, a punto de empezar.
La actuación de este año se centra en la zona donde hasta ahora habitaban los gatos, en el tramo más próximo al Palacio Villa Suso. El Ayuntamiento contempla instalar un elevador que salve el desnivel existente, eliminar el verde salvaje que se come las paredes para sacar a la luz el lienzo amurallado, y acondicionar un paseo urbano a la sombra de la trasera de la iglesia de San Miguel acariciado por una cuidada vegetación, con jardines de distintos caracteres: sombríos, laberínticos, ordenados o pétreos. Será conocido como el Espacio del Silencio y deberá estar finalizada para diciembre, ya que la obra ha sido financiada cien por cien con el nuevo paquete anticrisis del Ejecutivo central.
La siguiente fase para la transformación de la muralla, que enlazará con el tramo anterior, llegará en 2011. Y aunque todavía falta tiempo para su puesta en marcha, ya está definido su diseño. Será el último capítulo del cuento, y promete un final espectacular. El proyecto se llevará a cabo en la trasera de la calle Fray Zacarías Martínez, en el tramo más próximo al cantón de la Soledad. El espacio será rebautizado como el Escenario del Encuentro: la aburrida loseta actual dará paso a una coqueta plaza pública o ágora con un miniauditorio que permitirá la organización de conciertos y de actuaciones teatrales. El remate será un mirador que regalará unas vistas espectaculares de la ciudad y que, además, servirá de soporte para ofrecer mensajes a los ciudadanos.
Culminados todos estos trabajos, Vitoria habrá logrado recuperar uno de sus mayores patrimonios y, además, darle una utilidad urbana y de cohesión social. Sólo con la primera fase de restauración, ya se ha notado el efecto. "Los resultados obtenidos hasta ahora permiten hablar de un éxito total en la valoración de los participantes en las visitas guiadas, con puntuaciones de diez sobre diez en las encuestas, y de los vecinos, que han participado de forma masiva en los actos culturales celebrados en la muralla", subraya la cabeza visible de la reactivación del Casco Viejo de Gasteiz, Gonzalo Arroita.
La Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica que él lidera es la impulsora del proyecto de recuperación del fortín gasteiztarra, aunque Arroita prefiere delegar el triunfo en los arquitectos que están levantando los párpados de la muralla. "El mérito es de Agustín Azkarate, Juan Ignacio Lasagabaster y Eduardo Rojo", subraya el gerente de la sociedad municipal, quien no puede ocultar su regocijo por haber obtenido, a cuenta del lienzo defensivo de la ciudad, un diploma y una mención especial del Nobel del patrimonio cultural. "La distinción del Europa Nostra supone una agradable sorpresa al tratarse este proyecto de una iniciativa que se desarrolla por fases y que aún no está finalizada. Sin duda, supone un importantísimo impulso para la tarea que se está llevando a cabo en el Casco Viejo", sostiene.
El galardón concedido en esta edición se suma, además, a la medalla obtenida por la capital alavesa en 1982 por el tratamiento urbanístico del Casco Medieval y al premio especial otorgado a la restauración de la Catedral de Santa María en 2002. La colina, sin duda, está viva. Y no sólo por el abierto por obras del templo gótico y la muralla. Son muchos los proyectos puestos en marcha para fortalecer las raíces de Vitoria. La lista incluye actuaciones para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, como la reforma de las calles o la purificación de sus caños, medidas para reactivar la actividad económica de la colina, como la compra de lonjas vacías para alquilarlas por un bajo precio a emprendedores, e iniciativas para que éste sea el corazón cultural de Euskadi. El objetivo, que en 2014 el Casco sea el mejor lugar de Gasteiz para vivir, pasear y trabajar.