- Ha vuelto estos días a Washington, donde ha asistido al final del mandato de Trump y el relevo de Biden. Javier del Pino es una institución en la Cadena Ser. En sus años como corresponsal vio pasar las presidencias de Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama. Eso le confiere una perspectiva histórica en un momento crucial como este. "Recuerdo la toma de posesión de Obama como presidente de EEUU pero fíjate en cómo estamos a los ocho años en cuanto al racismo", dijo ayer en antena. También ayer Jordi Évole bromeaba en Twitter sobre la competencia y la autoridad que tiene el director de A vivir que son dos días cuando aborda la política estadounidense. "Javier del Pino lleva tanto tiempo en Washington que es capaz de traducir al nuevo presidente antes de que Biden hable. Diría más, creo que es Biden el que está traduciendo a Javier del Pino". Bromas aparte, dentro de una intensa jornada, Javier del Pino reservó unos minutos para responder a tres interrogantes planteados desde este periódico. El primero: ¿cuál puede ser el futuro del movimiento que ha encarnado Trump, ahora que vuelve a la oposición? El segundo: si las expectativas sobre Joe Biden son demasiado optimistas, algo que ya ha ocurrido en anteriores presidencias demócratas. Y el tercero: ¿cuál puede ser el devenir de la política sanitaria en el país, ahora que se enfrenta a una pandemia vírica como el resto del mundo?

Trump ha dejado el poder. ¿Qué puede ocurrir con el trumpismo?

-El trumpismo va a perdurar porque no es el seguimiento a un líder, es un comportamiento basado en la manipulación de la verdad y de los sentimientos oscuros de personas dispuestas a creerlo todo. Haga lo que haga el expresidente, estoy convencido de que veremos a más como él en el futuro: mentirosos, narcisistas y seguros de su propia impunidad.

¿Las expectativas de un giro progresista depositadas sobre Joe Biden pueden ser excesivas y ligadas al contraste de suceder a Trump?

-Va a haber un cambio evidente en aspectos que marcan el rumbo ideológico: la lucha contra el cambio climático, la defensa de lo que queda de la clase media€ Pero el margen de maniobra de un presidente es limitado porque los cambios que perduran requieren apoyos políticos que van más allá de la mayoría simple que ahora tienen los demócratas en el Senado y la Cámara. Muchos pensaban que con la llegada de Obama se acababa el racismo y mira dónde está ahora este país en ese conflicto racial. Lo que Biden sí puede hacer es un ejercicio de buenismo, intentar cambiar el tono del discurso político. Si consigue tranquilizar el diálogo público, el próximo Trump tardará más en llegar.

¿Qué necesidades públicas sanitarias tiene el país con esta pandemia? ¿Hay cohesión para aumentar la inversión sanitaria o también aquí hay polarización?

-Hace unos días el exvicepresidente Al Gore dijo que cuando Biden entrara por primera vez en La Casa Blanca, la ciencia entraría con él de la mano. Se ha ido un presidente que contemplaba la pandemia como una molestia irrelevante, y por eso este país está en las cifras terribles de infecciones y muertes en las que está ahora. Pero no se puede hablar de inversión sanitaria porque ese concepto es demasiado europeo. Aquí la sanidad, para muchas empresas, es simplemente un negocio. Las grandes inversiones privadas permiten que EEUU sea líder en investigación y el primero en descubrir una vacuna cuando ha hecho falta, pero eso contrasta con el desprecio al concepto de sanidad universal que en Europa damos por sentado. El país que ha creado la primera vacuna tiene decenas de millones de personas que no se pueden permitir ir al médico cuando están enfermas porque el precio de un seguro privado es intocable. Y eso, por mucho que lo intentara Obama, es difícil de cambiar en el epicentro del capitalismo.

"Biden puede intentar cambiar el tono político, si consigue tranquilizar el diálogo público, el próximo Trump tardará más en llegar"