Oslo I. El 13 de septiembre de 1993, tras negociaciones secretas en Oslo, el entonces primer ministro laborista de Israel, Isaac Rabin, y el líder de la OLP, Yaser Arafat, pusieron los primeros cimientos de la paz con la firma en Washington bajo mediación de Bill Clinton de la llamada Declaración Principios de autonomía para Gaza y Jericó. La primera patria palestina debería haberse puesto en marcha dos meses más tarde. No fue así. Los acuerdos de Oslo, que impulsaron las primeras negociaciones de paz entre la OLP e Israel, sirvieron de base, al fracasar su aplicación, para el plan de paz del Cuarteto de Madrid, la llamada Hoja de ruta, puesta en marcha en junio último, y actualmente bloqueado. El proceso de Oslo, cuya principal clave es la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada tras la guerra de 1967, preveía, en primer término, la negociación de un régimen provisional de autonomía por cinco años para los hoy tres millones de palestinos en Cisjordania y Gaza, con vistas a una "solución definitiva".

Olso II o Acuerdo de Taba. El denominado Oslo II o Acuerdo de Taba fue firmado el 28 de septiembre de 1995 en Washington por Rabin y Arafat ante la presencia de Bill Clinton días después de que ambos bandos llegaran a un acuerdo para la extensión de la autonomía palestina en Cisjordania, con unos 16 meses de retraso sobre lo que estaba previsto. Meses después, el 4 de noviembre, era asesinado Rabin.

Hebrón. El 15 de enero de 1997, el Gobierno de Benjamin Netanhayu aprobó por 11 votos a favor y 7 en contra el acuerdo con la Autoridad Nacional Palestina para el repliegue israelí de Hebrón, ciudad sagrada para judíos y musulmanes tras más de 30 años de ocupación tras la Guerra de los Seis Días de 1967.

Hebrón fue la última ciudad palestina de la que se retiró el Ejército israelí tras los acuerdos de Oslo (1993). Según el acuerdo de 1997, Israel replegó sus tropas en un 80 por ciento de la localidad, que quedó dividida, y mantuvo el control sobre el resto, incluida la ciudad antigua donde está la Tumba de los Patriarcas, venerada por judíos y musulmanes, y donde viven 450 colonos entre unos 30.000 palestinos.

WYE PLANTATION. Tras nueve días de negociaciones, el 23 octubre de 1998, Benjamín Netanyahu y Yaser Arafat firmaron en la Wye Plantation, cercana a Washington, en presencia de Bill Clinton y del rey Huseín de Jordania, otro acuerdo de paz que incluía una nueva retirada israelí del 13,1% de Cisjordania a cambio de mayores garantías contra los ataques palestinos.

Washington - El presidente estadounidense, Donald Trump, describió ayer martes su plan de paz para Oriente Medio como una "solución realista de dos Estados", aunque propuso reservar para Israel parte de Cisjordania y Jerusalén como "capital íntegra". El plan respalda la anexión por parte de Israel del valle del Jordán, que constituye alrededor del 30% del territorio de Cisjordania, un reclamo de la derecha israelí que promete indignar a los palestinos y a parte de la comunidad internacional.

En una ceremonia en la Casa Blanca junto al primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu, Trump aseguró que su plan es "diferente" del de sus predecesores porque contiene muchos más detalles "técnicos" de partida, con 80 páginas de propuesta. "Esta es la primera vez que Israel ha autorizado la publicación de un mapa conceptual que ilustra las concesiones territoriales que está dispuesto a hacer para conseguir la paz", afirmó Trump.

El presidente publicó después en su cuenta de Twitter ese mapa, que contempla la conexión de los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania mediante un túnel y reserva a Israel el valle del Jordán, ubicado al oeste del río del mismo nombre y junto a la frontera con Jordania.

Confusión sobre Jerusalén Trump también generó confusión al prometer inicialmente a Israel que Jerusalén seguiría siendo su "capital íntegra" y anunciar después que los palestinos podrían instalar la suya en la zona oriental de esa ciudad.

"Este mapa duplicará el territorio de los palestinos, con una capital en el este de Jerusalén, donde Estados Unidos abrirá orgullosamente una embajada", dijo Trump. Ese mapa concedería a los palestinos un Estado fragmentado y contenido por completo dentro de Israel, menos la frontera de Gaza con Egipto, algo que Netanyahu definió como necesario para permitir que los israelíes "se defiendan a sí mismos por sí mismos". "Esto nos dará una frontera oriental permanente para defendernos", dijo Netanyahu respecto a la concesión a Israel del valle del Jordán, una posibilidad que la ONU ha advertido que sería contraria a la legalidad internacional.

Trump dio un plazo de cuatro años a los palestinos para comprometerse con su iniciativa, y Netanyahu confirmó después que, durante ese periodo, Israel "mantendrá el statu quo" para favorecer una negociación con los palestinos.

Aunque los palestinos no aceptan a Estados Unidos como mediador debido a los múltiples regalos políticos de Trump a Netanyahu, el mandatario estadounidense confió en convencerles a medio plazo de negociar, y les prometió una inversión de 50.000 millones de dólares para duplicar su PIB y crear un millón de empleos.

A la ceremonia en la Casa Blanca asistió también el principal rival de Netanyahu en las elecciones israelíes del 2 de marzo, el líder centrista Beny Gantz, quien según Trump se ha comprometido también con el plan; así como los embajadores en Washington de tres países del Golfo: Omán, Baréin y Emiratos Árabes Unidos.

Protestas en Gaza Mientras, miles de personas protestaban ayer en la Franja de Gaza contra el llamado Acuerdo del Siglo, presentado por Donald Trump y que los palestinos rechazan.

Líderes de todas las facciones del enclave y manifestantes recorrieron las calles de Gaza capital, y quemaron banderas israelíes y de EEUU y un muñeco con la figura de Trump. "Abajo Israel y abajo Estados Unidos", fue uno de los cánticos más repetidos. Durante la jornada se registraron también disturbios en Gaza con las tropas israelíes en la línea divisoria, y durante la tarde se dieron enfrentamientos aislados con soldados cerca de puestos militares israelíes, en Cisjordania ocupada.

La franja, gobernada de facto por el movimiento islamista Hamás y bajo bloqueo israelí desde 2007, fue la primera en responder a las manifestaciones convocadas que continuarán hoy miércoles en territorios palestinos.

También se arrojaron globos con artefactos explosivos en localidades israelíes colindantes con la franja, donde este tipo de lanzamientos ha aumentado durante la última semana, lo que ha supuesto un incremento relativo de la tensión.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, convocó una reunión de urgencia con el resto de facciones para definir la respuesta, al tiempo que la población palestina era llamada a protestas en Gaza, Cisjordania y Jerusalén. El presidente palestino declaró posteriormente que los palestinos no "cederán" al plan de paz presentado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Washington y que el acuerdo "no pasará".

"Rechazamos este acuerdo desde el principio, y nuestra posición era correcta cuando nos negamos a esperar", dijo Abás tras una reunión de urgencia con el liderazgo palestino en Ramala. "No nos agacharemos y no cederemos", añadió.

Israel está en alerta ante posibles manifestaciones, y el Ejército aumentó ayer su presencia militar en el Valle del Jordán, una zona limítrofe con Jordania del territorio cisjordano que, según el plan de Trump, deberá ser anexionado por Israel. - Efe