Londres - La semana más complicada para la primera ministra, Theresa May, no ha terminado. El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, aprovechó una publicación en su cuenta en Twitter para decir que el acuerdo del Brexit de la primera ministra está “muerto” y urgió a que la Cámara de los Comunes lo vote la semana que viene para “devolver el control al Parlamento”.

Desde que la primera ministra decidiese suspender la esperada votación en Westminster, los contratiempos no han parado para la líder conservadora. “La primera ministra ha fracasado totalmente en su intento de conseguir cambios en su acuerdo”, destacó Corbyn, instando a a May a “dejar de hacer correr el reloj” y a celebrar la votación en el Parlamento antes del receso navideño.

Pero lo cierto es que la agenda con la actividad parlamentaria de la última semana antes del receso navideño no incluye la votación en sus planes y muchos creen que May simplemente hará oídos sordos a las peticiones llegadas desde filas laboristas, como, por ejemplo, el portavoz del Brexit, Keir Starmer, quien cree que esta situación “no puede continuar”.

La estrategia del partido de Corbyn pasa por que la votación sea cuanto antes, ya que tiene la confianza de que la falta de nuevas concesiones de Bruselas a May hará que la primera ministra finalmente pierda. Un momento que aprovecharían desde filas laboristas para presentar una moción de censura, que en su opinión, terminaría en elecciones generales.

En el caso Tony Blair, primer ministro entre 1997 y 2007, apuesta por la celebración de un segundo referéndum para romper el que define como un callejón político sin salida. El laborista se muestra convencido de que pronto habrá una mayoría en el Parlamento británico que apoye una nueva votación.

Blair argumentó que darles a los británicos la oportunidad de un segundo referéndum era lo correcto, ahora que la gente entiende mejor lo que estaba en juego, incluido el “cierre” del país. “Lo que hace unos meses parecía poco probable, diría que ahora tiene un 50% de probabilidades. En última instancia, esto podría incluso tener sentido para la primera ministra, que podría decir legítimamente: ‘lo hice lo mejor que pude’”, añadió Blair.

Sin embargo, el apretado calendario, en el que está fijado el 29 de marzo de 2019 para la salida oficial del Reino Unido de la UE, hace que para muchos parezca imposible que haya hueco para esta consulta, eso por no hablar de la división dentro del laborismo y los conservadores a la hora de elegir la mejor opción para el futuro del país. De ahí que no extrañe a nadie que May haya descartado repetidamente la posibilidad de un segundo referéndum y que la dirección del Partido Laborista tampoco se haya comprometido en este tema.