la nueva Ley Antitabaco que prepara el Gobierno central no permitirá fumar en terrazas de hostelería, vehículos de uso laboral, centros docentes, incluyendo los espacios al aire libre como los patios de los institutos, ni en los campus universitarios. Además, también quedarán libres de humo las instalaciones deportivas, las piscinas de uso colectivo, las marquesinas de los autobuses y los exteriores de las salas de fiesta. Como siempre surgirán opiniones encontradas entre la ciudadanía y también otras alentadas por diferentes grupos de interés que pueden verse afectados, como la hostelería y sobre todo los productores y vendedores de los productos afectados. Un mercado que tiene su vertiente de negocio privado pero que también tiene un impacto notable en la recaudación fiscal de las arcas públicas. Y precisamente una visión desde el punto de vista de la salud como derecho y bien público es la que debería imperar en este debate, que también tiene contiene otra perspectiva interesante y nada despreciable como es el ejercicio de la cogobernanza y el respeto al marco competencial autonómico. Navarra y la CAV, en cualquier caso, siempre han estado a la cabeza de las políticas de salud publica y la lucha contra el tabaquismo. Porque, y esto es lo más relevante para encuadrar este tema y el consiguiente debate, tan importante es tener un buen sistema de salud que cure o atienda como una potente política de promoción y prevención de la salud. Es decir, hay que producir salud, cambiar formas de vida, no solo curar o evitar la enfermedad. Fomentar hábitos saludables beneficiosos no solo para las personas, principal objetivo, sino para la propia sostenibilidad económica y organizativa ya que es mucho más barato prevenir que atender. Los cánceres y otros problemas de salud ligados al excesivo consumo de sustancias como el tabaco pero también el alcohol o las drogas son muchísimo más costosos para el sistema y perjudiciales para la ciudadanía que cualquier otro factor que sacuda este debate. Las cifras de consumo hacen necesario seguir adoptando medidas bien fundamentadas científicamente y bien explicadas, aplicadas siempre con los apoyos y proporcionalidad que aconseje la prudencia y la eficacia.
