¿Cómo ve, más reposadamente, el último desencuentro con su socio de gobierno en las principales instituciones vascas?
Sigo teniendo la convicción de que dijimos lo que teníamos que decir. Nuestra intención no fue prender ninguna mecha. Siempre hemos salido como reacción a unas declaraciones. Pero lo importante es que los dos socios que sustentamos el Gobierno vasco tenemos muy clara la hoja de ruta. De la misma manera que podemos discrepar y tener tensiones, tenemos una gran capacidad para solventar nuestros problemas. Eso yo creo que lo único que hace es fortalecer a la propia coalición de gobierno.
¿Se pudo haber evitado que esos roces tuvieran dimensión pública, sabiendo que hay a quien le interesa magnificar las discrepancias?
Es difícil no trasladarlo a la dimensión pública cuando el origen de todas estas circunstancias fueron también declaraciones públicas. Lo del TAV vino tras una entrevista al lehendakari en la que hablaba de ello. Lo del decreto de universidades fue después de que el consejero Pérez Iglesias hablara sobre ello. Y las palabras sobre la inmigración también fueron en un foro público. Claro, cuando lo que provoca la reacción se ha hecho públicamente, pues lógicamente la reacción también tiene que ser pública, eso es inevitable.
Una de las cuestiones por las que estos episodios llaman la atención reside en que la sensación general es que la interlocución entre los socios es buena.
Es que es muy buena. Tengo un contacto constante con el lehendakari. Comentamos todos los temas. Es una relación muy fluida y hay una conexión personal entre él y yo. Y también espero que, a medida que pase el tiempo, establezca una relación de confianza con el nuevo presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Aitor Esteban.
Fue "una ironía"
¿Qué le llevó a poner en duda las ganas del PNV de seguir en la coalición?
Eso fue una especie de ironía que, por lo visto, no debió entenderse. Me refería a que parecía que venía una discrepancia tras otra y era un no parar. Pero ya digo que pretendía ser irónico. Lo importante, como dije el miércoles en un foro en Madrid, es que la salud de la coalición es muy buena.
En ese mismo foro también advirtió de que no se callaría cuando entendiera que tenía algo que decir,
Claro. Pero es que no tenemos que callarnos. Cuando surgen discrepancias, hay que ponerlas de manifiesto. Yo creo que es sano que la ciudadanía sepa en todo momento lo que opina cada partido. Eso vendrá unas veces de la mano del PSE y otras, de la del PNV. Y no pasa absolutamente nada. Eso no significa que la coalición esté en riesgo.
Su manera de actuar ha explicado por qué prefirió quedarse fuera del gobierno. Quería tener más libertad para opinar.
Todo el mundo lo interpreta así, pero en mi día a día hay muchas otras razones. Es evidente que es bueno para el PSE que tengamos ese espacio de libertad, pero hay que tener en cuenta cómo es mi tarea como secretario general. Estamos en muchísimos gobiernos y coordinar la acción en todas las instituciones es un trabajo que me lleva mucho tiempo.
Pese a todos los roces de los que hemos hablado, ahora que se acerca el primer aniversario del acuerdo de gobierno, su balance es positivo.
Sí, creo que el balance es muy positivo. Este gobierno trabaja muy bien y de manera muy coordinada. Y, desde luego, en lo que respecta a los departamentos que gestionamos los socialistas, estoy muy satisfecho porque seguimos demostrando nuestra capacidad de dar impulso político a todo lo que tenemos reflejado en el programa electoral y en el programa de gobierno. Y también tengo que decir que hay áreas gestionadas por el PNV que están funcionando mejor que en la anterior legislatura.
¿Cuáles, en concreto?
“Hay áreas del Gobierno vasco gestionadas por el PNV que están funcionando mejor que en la anterior legislatura”
Hay dos en las que en campaña pusimos mucho énfasis, que son Seguridad y Salud. La Ertzaintza necesitaba un convenio y eso ya se ha conseguido. Y, sobre todo, en materia sanitaria, los problemas estructurales de los que hablábamos se van corrigiendo, también con algunas medidas que proponíamos nosotros.
Mesa de salud
Además de las medidas inmediatas que se han adoptado, en materia sanitaria, la gran iniciativa es la puesta en marcha de la Mesa por la Salud. ¿Confía en que llegue a buen puerto? EH Bildu y Sumar ya han sacado alguna tarjeta amarilla...
Aquí ya sabemos lo que pasa, que luego cada uno juega a lo que juega y, evidentemente, hay partidos que van a jugar a la demagogia y a la confrontación. Pero yo creo que va por buen camino y, desde luego, a mí me resulta más llamativo que en todo este tiempo hayan tardado tanto en salir y sacar tarjetas amarillas. Pero también quiero poner el acento en esa capacidad que está teniendo la mesa de poner sobre el tapete herramientas, que aporten soluciones y que van a ser eficaces. Confío en que esa mesa será capaz de sacar muy buenas conclusiones y dará muy buen resultado.
Más acuerdos. El de la reforma fiscal, in extremis, con Podemos. ¿Pudo haber sido algo más amplio?
Podría haberlo sido, pero Bildu no quiso entrar al pacto. No ha sido fácil, pero me alegro de que haya salido algo en lo que creo que solo el PSE confiaba. Bildu ya sabemos a qué jugaba. A que la reforma no saliera. Pero han debido aprender que no son imprescindibles en este país. Son importantes, no lo niego, pero no imprescindibles.
Incidiendo en Bildu, ¿cómo ve su actuación en estos últimos doce meses?
“EH Bildu ya sabe que es un agente muy importante pero no imprescindible. A partir de ahora les va a tocar retratarse”
Pues, efectivamente, como una actuación. No como una actitud sino como una actuación. Es decir, que a la hora de la verdad, mucho decir y poco hacer. Me encanta escucharles esos discursos grandilocuentes sobre la soberanía energética, las renovables o la vivienda. Pero ha llegado el momento de comprobar si el discurso es sincero o mero postureo.
Nuevo estatus
Vamos al clásico de la renovación del pacto estatutario. ¿Cómo van las conversaciones, si es que van, en esta materia?
“Tenemos hecho el 95 por ciento del trabajo sobre el nuevo estatuto. Si nos centramos en lo que nos une, acordarlo es pan comido”
De momento, hay pocos avances, salvo conversaciones informales. Yo creo que tenemos una gran oportunidad y siempre lo he puesto de manifiesto. La mayoría del trabajo está hecho, Calculo que, recuperando el trabajo ya hecho, hay acuerdo en, por lo menos, el 95% del contenido del futuro estatuto. Si incorporamos algunos de los derechos que consolidamos en la pasada legislatura y nos centramos en lo que nos une, es pan comido. Si los de siempre ponen sobre la mesa la cuestión identitaria y el derecho a decidir y quieren abrir vías unilaterales a la independencia, nos toparemos con el escollo de siempre.
¿Y quiénes son “los de siempre” en este caso?
En este caso, principalmente, EH Bildu. No sé si en el PNV habrá un cambio al respecto, habida cuenta de que ha habido un cambio de liderazgo. Tendremos que profundizar en esa cuestión. De todos modos, yo no veo que la ciudadanía vasca esté pendiente de esta cuestión. Creo que la ha metido en un cajón y que piensa que es algo sobre lo que no merece la pena volver. Las preocupaciones de la gente están muy lejos de eso.
Usted suele hablar de impedir “aventurerismos”. ¿De verdad cree que PNV o EH Bildu están ahora mismo dispuestos a embarcarse en alguna de esas aventuras que menciona?
La tentación del mundo abertzale siempre va a estar ahí. En el ADN de EH Bildu está que su objetivo final es la independencia. Lo que está claro es que cualquier cuestión referida a los derechos históricos reconocidos en la Constitución no puede ir ni por la vía unilateral ni, mucho menos, fuera de lo que establece el marco legal vigente. Tienen que ser muy conscientes de ello. Y si no es así, estaremos abocados al enésimo fracaso. Esas vías lo único que generan es frustración. El ejemplo de Catalunya es muy latente. Creo que esto tenemos que tenerlo en nuestra mesilla de noche para no olvidar que la confrontación y la tensión no llevan a nada.
Si hay acuerdo en Euskadi, cuando llegue el momento de trasladarlo a Madrid, ¿cree que va a pasar el filtro?
Estoy convencido de que será así. Si hay acuerdo, será en términos constitucionales, y eso hará que pase el filtro que usted dice. Ya sabemos que otros y, en este caso, el Partido Popular, van a jugar a lo que van a jugar. Activarán la cuestión para confrontar, para sacudir. Pero yo creo que los argumentos y el filtro constitucional se pasan sobradamente. Por mucho que canten, por mucho que digan, al final, se van a quedar otra vez fuera de un gran acuerdo estatutario, y volvería a ser un nuevo error histórico.
Volviendo a cuestiones internas del gobierno, ¿acertaron al asumir las políticas de memoria, prisiones y derechos humanos? Ha llamado la atención la cantidad de dimisiones en poco tiempo en ese departamento.
Claro que acertamos. Es una cartera complicada, pero yo creo que el departamento ha sabido reorientar perfectamente las políticas de memoria, que ahora son más abiertas, más inclusivas, sin sesgos. En cuanto a justicia y prisiones, ya sabemos que cuando se hacen las transferencias de una determinada manera, suelen surgir problemas. La consejera María Jesús San José está haciendo un gran trabajo para corregir esos déficits. ¿Y los relevos? Bueno, hay veces en que tú conformas un equipo y, a medida que se desarrollan los acontecimientos, lo tienes que ajustar. Y hay gente que se puede sentir más o menos cómoda. Pero los cambios tienen que verse como algo absolutamente natural. Lo importante es que los equipos sean compactos y trabajen con sintonía.
Finalmente, después de varios vaivenes, el lehendakari Imanol Pradales estará mañana en la conferencia de presidentes en Barcelona. Usted no tenía dudas de que sería así.
Ninguna. Siempre estuve convencido de que sería así porque sabía que el presidente del Gobierno es sensible a aquellas materias que trasladamos para que se valoren y aborden en la conferencia. La relevancia de esas materias se trasladó no solo desde lehendakaritza, sino que yo personalmente, como secretario general del PSE, también se la he trasladado a Moncloa y al Ministerio de Política Territorial. Está claro que hay sintonía. Además, los problemas en materia energética y en descarbonización los comparten otras comunidades con gobiernos socialistas, sobre todo, Navarra y Catalunya.
Una de las circunstancias que ha quedado de relieve en estos meses es la buena sintonía entre el lehendakari y el presidente del Gobierno español.
Así es como debe ser. Hay un diálogo constante. La coordinación es muy fluida entre las tres partes, es decir, el presidente del gobierno español, el lehendakari y yo mismo como secretario general del PSE-EE.
“Por desgracia, en todos los partidos hay personas con un atrevimiento desmedido como Leire Díez”
Pese a que no faltan roces y cruces dialécticos con intensidad, la política vasca está muy lejos del nivel de ruido y enfrentamiento de la española.
Me preocupa el nivel de hostilidad y bronca que hay en Madrid. Hace poco estuve en un pleno de control y me pareció que hacer política en esas circunstancias, con esa derecha y esa ultraderecha, es prácticamente imposible. La política nace del respeto.
¿Le preocupa que cada día nos desayunemos con uno o varios titulares en los queda mal el gobierno español y el PSOE?
Eso entra dentro de la estrategia del PP, pero al final, la verdad aflora. Cuando alguien va sin pruebas y con recortes de periódico como única herramienta, eso se desmonta. Lo jodido para ellos es que tienen en los tribunales casos como el del novio de Ayuso, que sí están fundamentados.
Pero no todo son recortes de periódico. Esta misma semana hemos escuchado grabaciones en las que una militante del PSOE llamada Leire Díez entraba en terrenos muy delicados...
Yo creo que si rascamos, en todos los partidos tenemos gente con un atrevimiento desmedido, personas de ese perfil que hablan en nombre del partido en que militan sin ser nadie.
Insisto en que lo que hemos visto es muy grave. Y, de momento, en su partido solo le han abierto un expediente sin tomar medidas cautelares.
Porque tenemos que ser garantistas. Cuando se abre un expediente disciplinario, debe haber una serie de garantías porque si no, esto sería una jaula de grillos. Ahora se están recabando las pruebas y se actuará como haya que actuar.
¿Le inquieta el desenlace de las varias causas judiciales que afectan al PSOE, incluyendo a personas próximas al presidente del Gobierno español?
Yo creo que van a acabar en nada y que la verdad al final va a aflorar. Yo soy un firme defensor de la verdad y estoy convencido de que en estos casos no hay nada, salvo el ánimo del Partido Popular de dañar al presidente del Gobierno ya en el plano personal. Y eso me parece muy grave. En política creo que el plano personal se tiene que respetar y el PP está entrando un terreno tremendamente delicado.
¿Cree que hay jueces que están colaborando con la estrategia de acoso y derribo del PP?
En este aspecto yo soy muy respetuoso. Y también muy exigente. Creo que la Justicia debe hacer honor a su nombre. Cuando alguien está sentado en un tribunal, tiene que aplicar la ley con honor y con objetividad. Si en algún momento se comprueba que hay jueces al servicio de un partido, eso será motivo suficiente para que sean suspendidos de su carrera profesional.
¿Ve algún caso concreto que pueda responder a lo que dice?
Insisto en que quiero ser respetuoso, pero si en algún caso se demuestra que no hay nada, la posición de los jueces que han llevado esas causas puede quedar muy tocada.
Además de la ofensiva de PP, Vox y sus terminales mediáticas y quién sabe si judiciales, el Gobierno español también se enfrenta a cada vez más tiranteces entre sus socios y con los habituales aliados externos. ¿Se romperá la cuerda?
“Aunque haya tensiones con los socios internos y externos del Gobierno español, no podemos abrir la puerta a PP y Vox”
No se va a romper. Aunque nos situemos en posturas maximalistas porque, evidentemente, hay ocasiones en las que sube la temperatura, siempre se ha demostrado una gran capacidad para reflexionar y reconducir. Además, todos sabemos cuál es la alternativa si se rompe la cuerda: un gobierno de PP y Vox.
Pero Junts y Podemos la tensan con gran frecuencia.
Junts tiene que ser muy consciente de cuál ha sido su papel en los últimos años y qué rédito le ha sacado a esa estrategia que les ha llevado a un callejón sin salida. En cuanto a Podemos, yo creo que están en una deriva, en una estrategia de morir matando. Parece que su único objetivo es acabar con el gobierno progresista y, sobre todo, con Yolanda Díaz. Eso creo que no les lleva a nada.