gasteiz - Inmerso en la recta final de campaña, el PNV reunió ayer en el Museo Artium a una nutrida representación de la sociedad alavesa a la reclamó un esfuerzo para mediante la “cultura del pacto” poder garantizar los retos futuros a los que se enfrenta Euskadi por avanzar y, sobre todo, garantizar el “patrimonio común”.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, empleó esta denominación para englobar todo los logros que han sido posibles desde la restauración de la democracia, unas garantías que avala el Concierto Económico como estandarte del autogobierno vasco y cuya defensa es uno de los principales mensajes trasladados por los candidatos jeltzales a lo largo y ancho de la campaña que hoy finaliza.
En su alocución, Urkullu retomó el concepto de “nación vasca” sobre el que sustentó su discurso del Pleno de Política General al inicio del presente curso político. Esa realidad amparada incluso por la Constitución española es la base sobre la que el lehendakari propone actualizar los derechos históricos mediante acuerdos institucionales de calado que permitan “adoptar decisiones políticas refrendadas por la ciudadanía y que sean respetadas”.
De esta forma, el jefe del Ejecutivo autonómico aprovechó la cita en el centro de arte contemporáneo para recordar ante la ciudadanía alavesa el compromiso de su Gobierno y de su partido con la reivindicación del derecho a decidir, pese a que en la actual tesitura económica y social el PNV prefiere dar prioridad a otros aspectos como la generación de nuevos puestos de trabajo.
Sobre el papel que los candidatos jeltzales desarrollarán en Madrid, el lehendakari recordó que en esta legislatura se cumplirá un siglo desde que el PNV obtuvo representación en las Cortes Generales por primera vez, un extenso periodo en el que los dirigentes jeltzales “han demostrado capacidad y determinación para defender nuestro patrimonio común”.
Por su parte, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, quiso dedicar un amplio espacio de su intervención en el penúltimo día de campaña a glosar la figura del candidato alavés al Congreso, Mikel Legarda, quien escuchó un tanto abrumado las palabras de su jefe de filas. El máximo responsable del PNV calificó al cabeza de lista alavés como “un fino espadachín del derecho” que pese gozar de una vida “ordenada” no dudó en aceptar la llamada del partido para encabezar la plancha que la marcha de Emilio Olabarria había dejado un tanto huérfana. “Mikel era un hombre feliz y espero que hoy siga siendo feliz, a pesar del calvario que ha sido eso de tener que dar mítines”, señaló Ortuzar.
El burukide calificó de “campaña atípica” las dos últimas semanas en las que ha sentido que “ninguneaban” al PNV y a Euskadi en favor de otras fuerzas, por lo que enfatizó su mensaje a la hora de concretar que “tenemos que votar por lo nuestro”.