La escalada de los precios de la luz y el gas ha hecho que últimamente estemos más pendientes de las facturas y temblemos a la espera de la fecha en la que nos llegan para pagarlas. Últimamente quien más, quien menos está haciendo cálculos para cuadrar nuestra actividad y programar la lavadora, el lavavajillas u otros electrodomésticos en los tramos horarios más baratos, o utilizar los comparadores de tarifas para estudiar un posible cambio de compañía.

Pero si quieres gestionar mejor el uso de la energía en tu casa y revisar los gastos para que las facturas que lleguen sean de menor importe que las actuales no está de más seguir unos consejos fáciles y muy útiles.

Ahorro en la factura de la luz

Tarifas. Revisa el tipo de tarifa que tienes contratada, ya que no siempre se cuenta con la que mejor se adapta a los hábitos y/o al estilo de vida que se tiene en ese momento. En el caso de la luz, el foco debe ponerse en la potencia, la cual tiende a ser superior a la necesaria. Una gran parte de la factura de la luz depende de la potencia que tengas; cuanta más potencia contratada, más pagarás. Según la OCU, cada 1,15 Kw de potencia suponen casi 50 euros al año, por eso es fundamental controlar cuánta potencia contratas.

Potencia. Comprueba si la potencia contratada es equivalente a la electricidad que utilizas. Pon en marcha todos los electrodomésticos y aparatos enchufables que tengas en el hogar, si no saltan los plomos significa que tienes contratada potencia de más.

Iluminación. Cambia la iluminación de casa por LED. Ello te permite ahorrar en luz, aunque pueda parecer lo contrario por su precio de venta en tiendas. A medio plazo, y dado que consumen mucho menos que los modelos catalogados como incandescentes, este tipo de alumbrado ayuda a reducir el coste de la factura.

Electrodomésticos. Usa responsablemente los electrodomésticos en el día a día, lo que implica, por ejemplo, no poner la lavadora o el lavavajillas si no están del todo llenos o, también, aprovechar los programas que realizan un menor consumo de energía en estos electrodomésticos.

Consumo. Evita el conocido como consumo fantasma. Se trata de evitar ese gasto energético que tiene lugar cuando los aparatos electrónicos de la casa se quedan en stand by (es decir, no están plenamente operativos pero no han sido apagados por completo). Algo que ocurre, en la mayoría de los casos, con la televisión, ordenadores o los cargadores de los teléfonos móviles.

Apagar todo lo que se queda en stand by significa ahorrar un 10% de todo lo que consumes. La OCU da varios ejemplos de cuánto consumen los electrodomésticos en stand by: cafetera, 7,4 euros/año; microondas, 5,9 euros/año; router, 11,9 euros/año; ordenador, 7,4 euros/año; impresora, 11,9 euros/año; televisión de plasma, 4, 47euros/año y teléfono inalámbrico, 5,96 euros/año.

Programar. Existen más trucos para ahorrar en luz como, por ejemplo, el usar la programación de los aparatos eléctricos o aprovechar la discriminación horaria (horas punta y valle). Por último, y como solución más sostenible, se pueden instalar placas solares las cuales, como ocurría con la iluminación de bajo consumo, son algo más costosas en principio, pero más económicas a posteriori.

Ahorro en la factura del gas

Temperatura. Modera la temperatura de la calefacción, tanto en verano como en invierno, es uno de los pasos a dar para ahorrar en el consumo de gas. Entre octubre y mayo, meses de más frío, es importante que la temperatura de la casa se mantenga entre los 21 y 23 grados, pauta a seguir con el aire acondicionado durante los meses de verano (los transcurridos de junio a septiembre). Cada grado que le sumes a este baremo supone un 7% más de consumo, que se traduce en más coste en la factura.

Termostato. Ajusta la temperatura del calentador como ya se hace con el termostato de la casa. El máximo al que debes llegar, como recomiendan los expertos, son los 45 grados. Por encima de esta cifra, pasas de ahorrar en gas a abonar más por su uso, objetivo contrario al deseado. Hazlo mismo con los radiadores.

Aislamiento. Aisla bien las puertas y ventanas. Es fundamental comprobar que no existe ninguna vía por la que pueda colarse el frío, si estamos en invierno, el calor en épocas veraniegas, siendo las puertas y las ventanas las primeras vías en revisarse.

Horarios e iluminación.También te ayudará a ahorrar en el consumo de gas el aprovechar las horas de sol, no siendo necesario ni encender la luz ni la calefacción ya que se cuenta con iluminación y calor natural, despejar los radiadores, tanto interna como externamente (evitando poner prendas sobre él) o realizando un correcto mantenimiento de las instalaciones, con lo que ajustarás el consumo y evitarás averías posteriores.