¿Podrían volar realmente los dragones que aparecen en Juego de Tronos? No, porque pesan demasiado. ¿Podría trasladarse a un ordenador la conciencia de un muerto como sucede en Black Mirror? De momento no, pero no es descabellado que pueda hacerse en un futuro. ¿Los robots de Star WarsSí, pero todavía no tienen alma.
Estas y otras preguntas sobre fenómenos científicos que aparecen en las más populares teleseries de ciencia ficción se responden en el libro La ciencia en las series de televisión que hoy presentan sus autores, el ingeniero y divulgador científico Ramon Cererols y el crítico de series Toni de la Torre. El libro, prologado por el médico y científico Salvador Macip y publicado por la Fundación Doctor Antoni Esteve, analiza nueve de las ficciones televisadas más vistas desde un punto de vista científico para fomentar la divulgación de la ciencia.
De la Torre y Cererols han desmenuzado series tan populares como Breaking Bad, Juego de Tronos, Lost o El Mandalorian y han estudiado si son posibles o no científicamente los fenómenos que en ellas aparecen: los agujeros de gusano, la relatividad especial, los universos paralelos, el transhumanismo, los dragones voladores o la rebelión de los robots. "Se puede encontrar ciencia en todas partes si te haces las preguntas adecuadas", explica, en una entrevista con Efe, De la Torre, que admite que la ciencia ficción "tiene una base científica mayor que otros géneros". La primera pregunta que se plantearon los autores del libro, introducida por la más popular serie de ciencia ficción actual, Black Mirror, es si la tecnología está suficientemente avanzada para duplicar la consciencia humana y trasladarla a un paraíso eterno digital.
Aunque los autores están de acuerdo en que a día de hoy no existe la posibilidad, explican que ya se han creado programas como The VOID (Vision Of Infinite Dimensions), que permiten vivir una realidad virtual sobre un escenario físico real. "Ningún escenario futuro está demasiado lejos si lo comparamos con la evolución del ser humano hasta ahora", dicen los autores, que no descartan un futuro parecido al que dibuja Black Mirror .
También han evaluado la parte científica escondida en series sin ninguna relación aparente con la ciencia, como la histórica y afamada Juego de Tronos, en la que vuelan los dragones de Daenerys Targaryen.
Diseccionando las imágenes de la serie, Cererols ha calculado que los dragones que aparecen pesarían el equivalente a diez elefantes y ha concluido que serían incapaces de levantarse del suelo si realmente existieran y que, de poder hacerlo, deberían volar a al menos 126 kilómetros por hora para no caer en picado, aunque ningún tipo de ala biológica formada por huesos y membranas puede soportar ese peso. ¡Ningún pájaro de más de 20 kilos vuela!, puntualiza. De la misma forma, biológicamente es imposible que expulsen fuego por la boca sin chamuscarse la lengua y el paladar.
De la Torre afirma que él se ha encargado de hacerse las preguntas como espectador y Cererols las ha respondido como científico. "Existen conceptos como el mundo del revés, de Stranger Things, o algunos de los fenómenos de la serie Fringe, que pueden parecer que son lo mismo al espectador, pero que son muy diferentes a nivel científico", pone como ejemplo el crítico televisivo, que aplaude que las teleseries sean "la puerta de entrada ideal para introducir la ciencia a los espectadores".
Ambos autores trabajaron juntos en 2019 en la publicación La ciencia de The Big Bang Theory, la serie protagonizada por el popular Sheldon Cooper y sus compañeros científicos, en la que estudiaron cuán veraces eran los datos que salían en esta ficción. "Comenzamos a hablar sobre ese tipo de ciencia que hay en todas las series, y la fundación nos propuso expandir el tema a las series más famosas de la televisión", confiesa De la Torre.
Ahora, en su nuevo libro, han introducido también alguna visión filosófica, como el miedo histórico a una rebelión de las máquinas contra sus creadores, algo que, aseguran, aún está muy lejos de poder ocurrir. "Hay series que tratan este tema desde los años 60, lo que demuestra que quizás ya necesitamos una manera de establecer una relación con estas máquinas desde ya", plantea el crítico, que recuerda que es imposible que se oiga el ruido de las batallas estelares en series como Star Wars porque en el espacio no se transmite el sonido.
¿Son posibles los poderes telepáticos y telequinéticos de Eleven? No, pero la tecnología puede simularlos. ¿Podría una persona muerta caminar unos metros como Gus Fring en Breaking Bad, porque la adrenalina que almacena el cuerpo antes de un peligro permite seguir funcionando unos segundos aún sin órganos vitales. ¿Es realista la fuerza que exhibe el personaje de la Montaña en Juego de Tronos? No, porque para aplastar una cabeza como hace en la serie necesitaría una fuerza de 2.300 Newtons, el doble de una persona muy fuerte.
¿Tiene razón Sheldon Cooper al tener pánico a los gérmenes? Sí, aunque durante la grabación el virus influenza era el más temido, el actual SARS-CoV-2 le ha dado la razón al físico teórico televisivo interpretado por Jim Parsons.
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