Se requieren muchas capacidades a la hora de enfrentarnos a nuestros miedos e inseguridades. El miedo como sensación es algo natural e íntegro del ser humano, que, tiene como propósito huir, luchar o protegernos de algo que no nos gusta.
Así mismo, esta emoción activa nuestro cuerpo, a tal nivel, que nos permite tener más fuerza o energía de la que tendríamos normalmente, incluso a oscuras.
Nictofobia, miedos oscuros
Entre los miles de trastornos y fobias existe una muy particular, que, puede sufrir de mofas y burlas, en aquellos que la sufren. La nictofobia, esta, es la manía o reacción producida por los riesgos que no podemos ver, a los que no tenemos alcance visual y por lo tanto imaginamos que están en el mismo lugar que nos encontramos.
Este tipo de alteración psíquica puede llegar a bloquear la capacidad de reacción o superar hasta llegar a los ataques de ansiedad o pánico.
La nictofobia es un miedo irracional causado por la supuesta ‘percepción’ distorsionada y anticipada de un peligro o riesgo, al que creemos estar expuestos.
Este trastorno puede tener origen en traumas o vivencias de la etapa de la niñez, accidentes, abusos, o una visión distorsionada de la ‘temida oscuridad’ derivado de los relatos de terror, por ejemplo.
Si a todo ello se suman los sonidos, posiblemente percibidos, como crujidos, pasos, o puertas, síntomas como la angustia, el estrés y la ansiedad pueden acompañar perjudicialmente a la nictofobia.
Cuando todavía queda algo de luz
No creas ser un bicho raro, pues, paradójicamente, personas como Thomas Edison, inventor de la bombilla eléctrica, temían a la oscuridad.
Cantantes contemporáneas como Katy Perry, la cual admite dormir con las luces encendidas. Becky G, Megan Fox e Isabel Pantoja, también sufren de la misma fobia. Claro está, los escenarios están llenos de luces y cámaras, pueden estar bien seguros.