Hoy en día, el exceso de comida marca un antes y después con respecto a las décadas anteriores. Son varias las modas que han repercutido a lo largo de los últimos años con el fin de crear diversas culturas y rituales en el ámbito gastronómico. Además, las nuevas generaciones y la llegada de la ‘fast food’ han ocasionado un fulminante cambio en cuanto a las prácticas alimenticias.
La apertura de centros de nutrición, los trastornos alimenticios, el avance de técnicas y equipos en los gimnasios, e incluso los repentinos cambios en los cánones de belleza, son solo algunas de las saetas que giran en torno al dilema alimenticio.
La especialista Paola Aredes, nutricionista argentina sostiene: “Llevar una alimentación sana y equilibrada es uno de los hábitos más importantes y de este modo ayuda a prevenir la covid”.
Se trata de un excelente paso hacia el cambio, pero ¿está realmente la sociedad preparada para esta alteración? Por un lado, se encuentra la constante preocupación por la salud, y, estar en forma. Y por el otro, el reflejo de la obesidad y las enfermedades. Una cuestión de gran relevancia y que hace pararse a pensar en ¿están cambiando las generaciones este hábito? ¿vicio o simplemente rutina?
Esto nos lleva a movernos en la “escala de grises”, pues la sociedad lleva tiempo procurando desarrollar ese punto medio, sin embargo, la estrecha cercanía con la comida rápida, el estrés, y otros factores hacen de este procedimiento una labor irrealizable.
Técnicas de alimentación, desde nuestro nacimiento
Pero, volvamos al epicentro del problema, ya que se podría denominar como algo no tan pragmático, si no como una cuestión de didáctica. En efecto, las técnicas de alimentación se dan desde nuestro nacimiento. Elena Toledano, nutricionista y dietista de ROOTS Mindfoodness recalca la importancia de la alimentación en estos primeros días de vida y los motivos que hacen que haya que prestarle una especial atención.
Ya hace décadas, que en las instituciones tanto públicas como privadas se imparten formaciones alternativas como la educación vial, sexología, medio ambiente, entre otras. Dejando fuera de juego lo más básico, la alimentación.
Ojalá me equivoque, pero ninguna semilla germina por sí misma. Es una proyección de futuro y ahora, todavía estamos a tiempo.
Aunque vayamos a fuego lento.